DON LILO VERAS

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"HOMENAJE A DON LILO VERAS"

Rosina de la Cruz Alvarado

Abogada.

DON LILO VERAS; Abogado, jurista, jurisconsulto, maestro

A mi tío Lilo Veras Toribio, que con sapiencia, humildad, lealtad, honradez y desinterés formó a más de una generación de abogados.

En las vísperas del centenario del nacimiento del Lic. Francisco Porfirio Veras Toribio, don Lilo, mi tío Lilo, su familia sanguínea me distinguió con el honor de pedirme una colaboración para celebrar su memoria, que perdura en los que lo conocimos.

Desde ese momento pensé en hacer un artículo sobre el funcionamiento de la Justicia, que era uno de sus temas favoritos, al que pensé dar inicio con algunos recuerdos que expliquen por qué tuve esa afinidad particular con don Lilo que me hizo beneficiaria de tal distinción.

Razones familiares y de tiempo me impidieron hacer la entrega del trabajo prometido en el plazo impartido. Pero como para reconocer, recordar, querer y agradecer no hay perención, caducidad, ni prescripción y mucho menos plazo vencido, cumplo ahora con un deber que nació hace ya algunos años, recordando la época y las circunstancias que dieron lugar al afecto profundo y a la afinidad intelectual que compartimos.

Recién salida del bachillerato llegué a la Universidad Católica Madre y Maestra a estudiar Derecho, para ser abogada. Desconocía entonces que no me haría abogada en la universidad; no sabía que en ella solo obtendría el diploma de Licenciada en Derecho, que me abriría las puertas al ejercicio profesional para llegar a ser abogada.

Después de la recepción general que en ese entonces se hacía a los estudiantes, comenzaron las clases; no había en mi familia ningún abogado, por lo que llegué a la universidad como un cuadro en blanco, sin conocimiento alguno sobre las nociones y conceptos jurídicos.

Solo había tenido un atisbo del vocabulario propio de la profesión de abogado en la televisión con el juicio de los acusados de asesinar a las hermanas Mirabal, con las nunca bien ponderadas actuaciones del abogado que entonces representaba al Ministerio Público, el doctor Rafael Valera Benítez, y el juez apoderado del asunto, el magistrado Osvaldo B. Soto; además, fuera de uno que otro amigo, pariente o conocido de mi papá, no conocía abogado alguno. Es más, no había pasado nunca frente al Palacio de Justicia de Santiago.

Como en la época se suponía que si usted salía del bachillerato estaba preparado para entrar en la vida universitaria, no había en la Madre y Maestra curso...

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