Las medidas para frenar la delincuencia

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"Las medidas para frenar la delincuencia"

Fernándo Martínez Mejía

Han gozado de gran respaldo popular las medidas anunciadas y ejecutadas por el Poder Ejecutivo a los fines de enfrentar el aumento de la ola delictiva que en los últimos días, más que en otros, ha venido azotando a la nación.

Esto así, porque independientemente de si serán estas efectivas o no, lo esencial es que se esté actuando contra un mal que nos afecta a todos. A unos, directamente, y a otros por el estupor que causa un daño que es social más que personal.

Admitido lo bienvenidas que son las acciones encaminadas a erradicar el flagelo, debemos avocarnos a analizar si no caemos en el atinado refrán latino que reza:

"Si al evitar los riesgo la razón no nos guía por hiur de un tropiezo damos mortal caída"

Las medidas tomada hay que sopesar las desde dos puntos de vista: el legal y el objetivo:

Desde el punto de vista odjetivo, estamos ante el caso típico del que pretende quitar la jaqueca cortando la cabeza (existe descontrol en la vida noctuma, vamos a anulada)

Duprimir la vida cocturna, restringila, limitada o cualquier disposición que efecte a ésta, debe ser precidida de un esfuerzo por erradicar la causas que hecen peligrosa o insegura, o es admitir que no se pudieron o no se pueden erradicada las misma.

La vida nocturna industria en qualquier país del planeta; es un mundo totalmente independiente del día, mucho dicen: lo que usted no ha hecho desde las 6 de latarde hasta 12 ó 2 de madrugada no lo va a hacer. Quien lo dice es un desconecedor d ela estructura de la noche, de lo nocturno.

Limitar el horario nocturno es también desviar el motivo del prolbema por ignorancia, ya que no es cierto que noche sea uno de los motivos de la delincuencia, ni que durante ell se comentan más delitos que el día; ninguno o casi a la población y que son el motivo de estas medidas ha tenido la noche como escenario.

Lo que sucede es que la habido una ausencia de control y mala eduación ciudadana que si es lesiva durante la vida nocturna, y es el ruido. En países europeos, por ejemplo España, con una vida nocturna mucho más activa que la muestra, no hay quien escuche un radio encendido, o una música que escuche en la calle.

Pero, como ya hemos dicho, ante una era crucial como la que vivimos, no es dable juzgar las decisiones tamadas por el Estado en el sentido de si serán efectivas o no, porque lo plausible es que las tomen, y se persiba que desde el poder no existe indiferencia...