Fe mal de ojo tranquilidad espiritual esperanza

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Fe, mal de ojo, tranquilidad espiritual y esperanza Gracias a Dios, porque estamos en Navidad

Ernesto J. Armenteros

Jandito, un pescador de La Pascuala, mientras nos servía de guía en Los Haitises de Samaná, nos narró a mi amigo Juanito y a mí que un ladrón de pescados les sacaba las nasas* a los pescadores y les robaba los peces, que los pescadores acudieron a uno de los brujos del barrio, quien procedió “a hacerles un trabajito”. Nos contó Jandito que después el ladrón de nasas, inadvertido del mal de ojo que le habían hecho, procedió a volver a robar peces, los frió y se los comió. Mientras descansaba la hartura, la barriga se le comenzó a inflamar y a dar saltos. El asunto fue de mal en peor hasta que la barriga explotó abriéndosele. De la barriga saltó el pez robado que se había comido y dando brincos regresó al agua y se fue nadando. El ladrón de nasas murió con la barriga explotada. Jandito dice que él fue testigo de este evento y que él es un hombre muy serio. Creo que esto último lo afirmó porque nos notó la cara de incredulidad a Juanito y a mí que, consecuentemente, le aseguramos que estábamos convencidos de la veracidad de su relato. En lucubraciones posteriores sobre la narración de Jandito llegamos a la conclusión que él era un hombre de fe. Un caso similar al de los apóstoles, algunos de los cuales también eran pescadores y habían sido testigos de eventos sobrenaturales, milagros, y esto los había convertido en hombres de fe.

La Pascuala es un barrio que queda en la margen derecha de la carretera de Sánchez a Samaná. Queda casi llegando a la marina y desarrollo turístico Puerto Bahía. Es fácil determinar cuando uno está en la vecindad de La Pascuala. Unos kilómetros antes se espacian cada pocos metros, durante kilómetros, los anuncios de las bancas de apuestas; luego se hace evidente, por la apariencia de las mujeres que deambulan en la carretera, la presencia de numerosas casas de prostitución, la abundancia de cafés, ventorrillos y vagos. La Pascuala es una aldea de pescadores o lo fue en alguna época pasada, pero no es conocida como tal. Su bien establecida fama es por la concentración de brujos. Los cueros, las bancas de apuestas, los bares y los vagos vividores parece que existen por añadidura, en función de afinidad en el quehacer. No es difícil inferir por el entorno que el lugar es propenso a eventos portentosos, ni es de extrañarnos, por lo tanto, que cuando Jandito recomienda los apodos y ponerse los calzoncillos al revés como medidas preventivas a un mal de ojo, lo hace por amistad, lealtad y con el mismo sentido del deber que un médico le recomienda a su paciente una buena dieta, menos tragos y no fumar...

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