Los incapaces público Crónica de la crisis en el notariado dominicano

Páginas74582856

"Los incapaces público Crónica de la crisis en el notariado dominicano"

Roberto Antonio Gil López

Respecto de la profesión y oficio de las leyes se ha hablado mucho. Palabras y conversatorios que van esde las viejas congojas de Osorio, que cuentan, siempre a la modalidad española, de flores y de honor en el descubrimiento del alma de las togas, hasta las más descarnadas ofensas que repiten atribuidas conductas de los legisperitos a las maniobras de animales no tan queridos, quizás en ofensa de los chicos de Angora, todo sin que ello merezca ningún principio de conjura. No obstante, donde se hace crítica la crítica es en el ramal de los jurisperitos que hemos tenido por oficio la Notaría.

Los notarios, como los curas, trabajan al filo de la muerte, con la diferencia única de que los sotanahabientes terminan suficientemente su trabajo con la remisión de los fieles al Señor, después de ungirlos. En el caso de los notarios, en oportunidades, en el momento mismo de la muerte es cuando renacen sus verdaderas desdichas, siendo, casi siempre, la parca y su fecha, la mano que abre la Caja de Pandora, los sueños de los herederos, las acusaciones de los desposeídos y las articuladas cavilaciones de los interesados en cambiar la verdad que

se consignó en el acto y que ahora, muerto el viejo, no conviene a sus planes por venir.

Pero, para poder enjuiciar la actividad notarial en la República Dominicana, debemos encausar dos aspectos diferenciados y profundamente someros (para no asustarles con su profundidad). El primero es que la acción o efecto de la escribanía es un compromiso activo tan viejo y tan vilipendiado como cualquier oficio del mundo que maneje en sus puertas dos vectores tan inconciliables como la verdad y el dinero ambas razones suficientemente consistentes con la no propiedad absoluta señalada y marcados con el acuciante deseo de ser poseidas de manera poco relativa y en segundo término, que para entender el proceso descriptivo de sus acusados males, debemos utilizar mucho más del doble de las cuartillas que generosamente se ha dignado la revista concedernos.

La notaría

Un discurso de oscuridad desde los primeros tiempos

Nadie parece cuestionar que el primer notario en pisar el territorio nacional fue Rodrigo de Escobedo, un sujeto de oscura trayectoria que fue el único enrolado como tal en el viaje del Almirante en 1492, viaje que en un inicio era incierto y que luego, después del segundo, tornóse a ser conocido como e] primero, quizás haciendo gala del proverbio peruano de que no hay primera sin segunda.

Escobedo venia enlistado en la Santa María como notario, tal cual aparece en la lista de embarque en Puerto de Palos. A él se le atribuye el primer documento de carácter auténtico de la isla, consistió en una narración de la toma de posesión del Almirante de las tierras descubiertas.

No obstante, el documento no existe en ninguna parte, nunca llegaría a España y elcontenido que se conoce fue rescatado más del Diario de Navegación de Colón que de su presentación física o museográlica. El almirante sólo dice que el escribano Escobedo, estaba a su lado cuando pusieron los pies sobre la tierra, y una velada orden del colonizador de que se levantara un texto que narrase con propiedad los hechos y acto del posicionamiento.

Tan admirador era el Almirante de los notarios y de su fe que a Diego de Arana, que era un letrado, no notario, y que fue enlistado como contramaestre en la Santa María, por ser (le confianza de Colón, y al propio Escobedo, los dejó a su partida para España, como custodias de la fortificación improvisada denominada luego "Fuerte de la Navidad", no llevándose con él texto alguno que contara de los hechos ni de las tierras. Todo aquel que en fe de la autenticidad tuviera, fue dejado para tal vez nunca más volver.

Todos sabemos que las páginas de la historia vernácula cuentan que al momento del segundo viaje, Colón encuentra cadáveres y cenizas de la fortaleza de La Navidad. Es obvio que, de conformidad con lo comentado por los aborígenes, y por las muestras putrefactas de los abandonados en América, los hispanos hicieron abuso sexual de las mujeres.

De esa calidad fueron nuestros primeros notarios. Dejados en un lugar no precisado ni siquiera por el propio conductor,como para que dieran fe en España. Fueron procesados y condenados a capital pena por abusos contra un grupo de sujetos que diferían a su respeto en no menos de tres históricas edades. Los unos en el paleolítico superior, los otros, en una Edad Moderna que abrían.

En España misma, los notarios, de conformidad con el burlesco informe de Cervantes en el "Licenciado Vidriera", se consideraban como personas aptas para guarnecer la verdad, por mucho que se hable de ellos.

En tiempos de la colonia inicial, a todo aquel que se le debían salarios, o se. le adeudaba parte de los avances para la empresa del descubrimiento, se le otorgaba el título de notario que podría empezar a ejercer de inmediato y que luego sería ratificado por una Real Cédula de la Corona. Incluso, en caso de que no existiera salario para personal, se le nombraba notario desde la nómina ,de algún barco, caso éste el del Doctor Alvarez Chanca, quien fuere remitido, siendo médico de profesión, como Notario del Segundo Viaje del Almirante.

Esto llega a tal punto, que Roldán, después de tantos nombramientos de ineptos para el ejercicio de la escribanía, en carta a los Reyes Católicos, le pide que le remitan letrados veraces y aptos, explicando que los que había no sabían el oficio ni elementalmente.

El Padre Las Casas cuenta esta acción desesperada del Gobierno en término de chisme político, no obstante, es bueno de considerar su contenido. "Roldán y sus secuaces suyos. Y escribió largo a los Reyes con ellos. Suplicaba a los reyes que viesen aquellos procesos y mandase inquirir y examinar de todo la verdad. Y conociesen sus penas y trabajos y hiciesen en ello lo que fuese de su servicio. Escribióle las razones por las cuales no debían ser guardadas a Francisco Roldán y demás que le siguieron en aquella tan...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR