Pandillas

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Pandillas

Hector Dotel Matos

En la actualidad se denomina “pandilla” a la palabra empleada por menores y adultos, para designar a los grupos de adolescentes y jóvenes que en los barrios se caracterizan por los actos de violencia, vandalismo y otras acciones callejeras que realizan.

Una “pandilla” es una agrupación de adolescentes que se enfrenta con otra pandilla contraria. La “pandilla” es parte del fenómeno que nuestros especialistas han llamado Violencia Juvenil, en el cual también se encierran otras formas de violencia como la delincuencia, drogadicción y prostitución juvenil. En nuestros días forman parte de la vida diaria, implantando inseguridad, malestar y conflicto en nuestros barrios.

Las pandillas organizadas de los barrios son cofradías que intervienen en un comprobado punto territorial o barrio. Esas pandillas pueden ser:

  1. Guerreras, cuyos individuos se dedican sólo al “guerreo” o desafío con las pandillas rivales del barrio o zona para imponer supremacía y control del espacio territorial. Usualmente, además del “guerreo”, una parte de sus integrantes o todos adoptan conductas desobedientes o punibles, típicamente el robo y agresión callejera.

  2. Violentas. Aparecen impetuosamente en los partidos trascendentales de béisbol y de baloncesto. A su interior se confunden jóvenes integrantes de pandillas de diferentes lugares que dejan de lado la identidad territorial o de grupo para adoptar una identidad común en los colores del club que los identifica. Aquí se produce un fenómeno que se conoce como de “doble o triple identidad” pues los integrantes de una pandilla de barrio pueden pertenecer al mismo tiempo a una o más pandillas. Sin embargo, en el barrio se da un fenómeno inverso, ahí lo que prima es el territorio, el barrio, y jóvenes que se adhieren “militantemente” a lo que su pandilla decide, dándose el hecho curioso de muchachos que actúan en el lado contrario al club o equipo de su simpatía.

El liderazgo de los pandilleros de barrios es evidente, aunque los enfrentamientos merman por temporadas. Su presencia en las escuelas es muy fuerte. Basta observar los letreros de paredes y servicios higiénicos de prácticamente todos los centros educativos estatales de nivel secundario de Santo Domingo.

La presencia femenina en el pandillaje es también notoria, pero menos acentuada que en los varones. Su participación es múltiple:guerrean junto con los varones; auxilian a los heridos en los enfrentamientos a modo desocorristas; o...

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