Por que me asesinas, me torturas, me persigues, me discriminas, me robas, me violas, me esclavizas

Páginas81563076

"¿Por qué me asesinas, me torturas, me persigues, me discriminas, me robas, me violas, me esclavizas y me insultas? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Será falta de educación?"

Ernesto J. Armenteros

Los humanos somos ocasionalmente unos animales. Actuamos como bestias. Peor que las bestias. Con esto no me refiero a los idiotas que manejando vehículos destartalados nos hacen pastelito cuando circulamos por las calles y avenidas de la ciudad. Estos son aprendices de bestias. Tienen el potencial de llegar a ser verdaderos animales, pero esas manifestaciones ocasionales de falta de consideración por el prójimo no son otra cosa que un reflejo de subdesarrollo de la masa cerebral potencializado con un ambiente cultural primario. ¿A qué se debe esto?

La explicación simplificada es que las criaturas que actúan bajo este patrón son fruto de una relación sexual primaria en donde la concepción de un nuevo ser no era de consideración alguna. Fue el resultado, posiblemente algo inesperado, pero de lógica explicación, de que simplemente no se usó condón por falta de previsión de las consecuencias. El prever las consecuencias de toda acción es una de las condiciones que nos distingue de nuestros parientes, los chimpancés. Evidentemente, el fruto de este romance, más bien de este encuentro sexual, desde su inicio tiene, con perdón por la palabrota, todas las de joderse en su futuro. Nacen sin ser queridos, de padres que no tuvieron la inteligencia y previsión de planificar algo de tanta importancia como la de traer una criatura al mundo, que durante las próximos dos décadas necesitará atención y educación para poderse incorporar al mundo avanzado en forma eficiente y con un concepto civilizado de las relaciones adecuadas entre humanos. Estas criaturas crecen en un mundo rudimentario en donde las consideraciones y sutilezas del trato humano quedan relegadas por las necesidades perentorias de comida y supervivencia. Aprenden tempranamente a buscársela y si esto implica darle un pescozón al carajito más pequeño para quitarle las monedas que le dieron por limpiar un parabrisas, pues eso es lo que hay. El cerebro de estas criaturas no recibe ni el oxígeno ni las proteínas que se requieren para su desarrollo, ni están expuestos a las experiencias educacionales y ambientales que sí tienen los niños que son queridos, alimentados, cuidados y educados.

Mientras esperaba el cambio del semáforo en una intersección y mi nieto jugaba con un aparatito electrónico sentado en el confort...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR