El secuestro un fantasma que asoma

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El secuestro: un fantasma que asoma

Anselmo Muñiz Hernández y Ruth Ruiz

En la República Dominicana la frecuencia de secuestros es menor que en la mayoría de los países de la región. Sin embargo, las características de los casos que se conocen demuestran que este es un crimen cuyos ejecutores operan según las pautas universales del crimen organizado.

El término secuestro proviene del vocablo latino sequestrare, que significa apoderarse de una persona para exigir rescate o encerrar ilegalmente a una persona. Es una de las peores manifestaciones de la violencia social cuyos efectos se extienden a los familiares y allegados de la víctima. Como herramienta del crimen organizado, el secuestro es con frecuencia solo el medio para alcanzar un fin o bien la fuente de financiamiento de actividades ilícitas.

En los países latinoamericanos el secuestro se hizo frecuente en los años setenta como una táctica común de grupos revolucionarios. Más tarde se agregaron otras formas de este delito por parte de individuos o de bandas organizadas. En la actualidad la acción no va dirigida a una autoridad, país o gobierno, sino que afecta directamente a la ciudadanía en general y es causa de incertidumbre, temor y en muchos casos de muerte.

El secuestro como fenómeno criminal no es exclusivo de una región o país. Según analistas, en todo el mundo se producen unos 10 mil al año . Pero en algunos países el problema tiene mayor incidencia que en otros. En Latinoamérica, dos casos dramáticos son los de México, donde partir del año 2005 el delito de secuestro aumentó de 325 a 820 en 2008, lo que significa un aumento del 152% ; mientras que en algunas zonas de Colombia los secuestros son una cuestión de todos los días. En este último país al año 2002 se estimaba que ocurrían unos 3 mil secuestros denunciados por año.

Aunque en nuestro país las estadísticas sobre secuestros no parecen estar actualizadas o por lo menos no se encuentran publicadas, se advierte un incremento considerable de casos en los últimos años. Desde el 1999, 143 personas han sido privadas de libertad por este delito, según un reporte de la Dirección General de Prisiones divulgado recientemente. Se estima que en los últimos doce meses se han pagado más de RD$40.9 millones de pesos por concepto de pago de rescate a redes que realizaron por lo menos 20 secuestros.

Sin embargo, aun en los países que llevan un registro constante, las cifras oficiales no son un reflejo fiel de la realidad porque muchos casos de secuestro se mantienen al margen de las autoridades. Esto puede suceder porque el hecho esté vinculado a otras acciones ilícitas, o porque los familiares de las víctimas prefieren pagar y callar ante el temor de que los secuestradores cumplan sus amenazas de asesinar al secuestrado; también incide en esta conducta un escaso nivel de confianza en las autoridades judiciales.

ASPECTOS HISTÓRICOS:

El secuestro se conoció en la antigüedad con la denominación deplagio y fue a menudo un instrumento para fijar condiciones de guerra. Como cualquier otro tipo de delito, no surge de acontecimientos esporádicos sino que es parte del comportamiento humano a través de la historia. Es una forma de agresión que ha sido usada para extorsionar a la...

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