Amiro Perez Torres, fue decano de los abogados puertoplateños

Páginas87616157

"Amiro Peréz Torres; fue decano de los abogados puertoplateños. Ejerció 49 años"

Juan Ventura

Cuando se escriba la historia del ejercicio del Derecho en República Dominicana, la ciudad de Puerto Plata será citada por haber albergado muchos de los más insignes abogados que ha tenido el país en los últimos cien años.

A finales del siglo 19 se radicaron en esa ciudad los licenciados Francisco Peynado, Américo Lugo y Ramón Ferreras. Otros puertoplateños habían recibido sus títulos de licenciados en Derecho en la Universidad de Santo Domingo, pero

no ejercían allí.

Entre éstos se destacaron Lorenzo Fenelón Prudhomme, Carlos Tomás Nouel, Emilio Prudhomme, Ildefonso Mella Brea, José María Nouel y Wenceslao Quezada. En la última década del siglo pasado se le sumaron Fidelio Despradel y Rafael C. Castellanos.

Entrado el siglo 20, otros nombres que hicieron historia se añadieron a la lista: Félix María Nolasco, Armando Rodríguez Victoria, Abigail Montás, Pedro Germán Ornes y finalmente Amiro Pérez Torres, hijo de una familia puertorriqueña radicada en Puerto Plata, donde éste abrió su bufete en 1928, para iniciar una brillante carrera de abogado y notario.

Multifacético desde muy temprana edad, Amiro Pérez aprendió música y fue miembro de la Banda de Música de Puerto Plata tocando la trompeta, un instrumento que llegó a dominar a la perfección.

Trabajó como tenedor de libros en el ingenio de los Hermanos Bentz, en Montellano, y también se dedicó al magisterio en la Escuela Normal, donde demostró ser un maestro con verdadera vocación para la enseñanza.

Luego, fue secretario del Tribunal de Primera Instancia de la ciudad, y allí comenzó a interesarse por el Derecho. Como profesional, compartió su oficina con los connotados abogados, licenciados Arturo Despradel, Justiniano Martínez y Armando Rodríguez Victoria.

Como Notario Público, el licenciado Amiro Pérez Torres se distinguió en toda la provincia de Puerto Plata. Su prestigio, tanto en la ciudad como en la zona rural, fue extraordinario por sus cualidades de hombre honesto y amigo sincero, y sobre todo porque descolló como uno de los abogados más entendidos en el país en asuntos de tierras.

Cuando escribía una defensa, empleaba la metodología siguiente: identificación del exponente; hechos, Derecho, colofón y conclusiones. La parte del Derecho la desarrollaba así: comentario sobre la exposición de motivos, doctrina francesa, jurisprudencia francesa, doctrina dominicana y jurisprudencia dominicana...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR