¿Arbitraje en el metaverso?
Autor | Juan de Dios Moronta Almánzar |
Cargo | Abogado |
Páginas | 1-10 |
El 28 de octubre de 2021 fue el día en el que Facebook Platforms, Inc. —hoy Meta Platforms, Inc.— (en lo adelante “Meta”) le declaró la guerra a la visión tradicional del uso de las redes sociales y las conexiones digitales. En Connect 2021, el imperialista digital Mark Zuckerberg presentó el proyecto Metaverse (en español, metaverso), que es un universo de realidad virtual y aumentada que permite a los usuarios, por medio de avatares, conectarse en espacios digitales denominados workplaces o workrooms. En estas salas todos los cibernautas podrán crear sus propias habitaciones privadas o públicas para interactuar virtualmente con otros avatares, dígase, personas conectadas remotamente.
En palabras de Zuckerberg, el metaverso es una plataforma más envolvente que las redes sociales tradicionales por ser una inmersión digital completa a través de binoculares de realidad virtual (VR) donde se podrá jugar con amigos y familiares, trabajar, aprender, jugar, comprar, crear y experimentar nuevas actividades que ni en la vida real se podrían concebir1. Antes de abordar el tema del presente artículo, es necesario establecer todo el gobierno del metaverso y su régimen legal actual.
Al tratarse del génesis de una nueva creación digital, Meta hizo un llamado público a varias compañías y organizaciones de alto nivel tecnológico para colaborar con la interoperabilidad de las plataformas; entre ellas se encuentran Microsoft, Epic Games, Adobe, Nvidia, Sony y otras más en el que se ha creado el Metaverse Standards Forum (en lo adelante “MSF”), que funge como una especie de gobierno tecnológico liderado, evidentemente, por Mark Zuckerberg.
El objeto principal del MSF es la interoperabilidad. Esto consiste en el intercambio mutuo de información entre sistemas que permite la utilización de dichas informaciones para eficientizar procesos. El Marco Iberoamericano de Interoperabilidad la define como la capacidad de organizaciones y sistemas dispares y diversos para interaccionar con objetivos consensuados y comunes con el fin de obtener beneficios mutuos2. Para arrojar una luz más sencilla, es como los sistemas estatales que contienen la información recopilada por los distintos ministerios, en los que se puede acceder a diversos datos como los de Registro Civil o de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS).
El MSF procurará que toda la información que recopile el metaverso sea utilizada para la experiencia del usuario —en principio—, lo que permitirá un intercambio constante de datos que se usarán “exclusivamente” para el metaverso. De ahí la intención de Meta con la interoperabilidad. Esta acumulación de datos ha sido regulada por sus políticas de cookies y políticas de privacidad, aunque para el metaverso se ha realizado una adenda denominada “política de privacidad complementaria de Meta Platforms Technologies”.
Ahora es posible ingresar al metaverso consiguiendo unas gafas de realidad virtual llamadas Meta Quest. Solo necesitas descargar algunas cosas, y listo. Meta quiere que los usuarios inviertan en su mundo digital, así que permite que cualquier persona pueda crear sus propios espacios en este mundo, que para este artículo se denominarán “planetas”. Pero, por ahora, el único planeta que existe es propiedad de Meta y se llama Horizon Worlds. Esto es solo el comienzo de un nuevo mundo digital que, según Zuckerberg, a la larga reemplazará nuestra vida cotidiana.
Inversionistas, usuarios, multinacionales y freelancers ya han empezado a andar por los pasillos codificados de Horizon Venues y han plantado sus propias tiendas y edificios corporativos; tal es el caso de Samsung, Orange, Puma e, inclusive, Walmart. El asentamiento de multinacionales en el metaverso colabora con el llamado de los usuarios a ingresar a este universo digital en el que muchos están comprando, leyendo, trabajando y, ¿por qué no?, en una cita digital mientras usted lee este artículo.
La legislación del metaverso redunda en todas las políticas de las plataformas de Meta; así lo establecen sus términos de servicio al señalar que “[m]eta construye servicios y tecnologías que permiten a las personas conectarse entre ellos, construir comunidades y crecer en términos corporativos. Estos términos gobiernan el uso de tu Facebook, Messenger, y otros productos, aplicaciones, servicios, tecnologías y softwares que ofrecemos y que pertenecen a los productos de Meta”3. Los términos de servicio son solo la “Constitución” de este universo digital, pues existen otras políticas que rigen el metaverso, como las políticas de privacidad, las políticas de cookies, los estándares para la comunidad de Facebook y la adenda para el metaverso, es decir, las políticas de privacidad complementaria de las tecnologías para las plataformas de Meta. Todo este entramado legal rige aspectos como la responsabilidad civil, penal e incluso laboral. El metaverso definitivamente constituye una cuasinación digital que necesita ser urgentemente regulada por organismos internacionales por no tener una jurisdicción específica o una sede.
Las características descritas esclarecen vacíos para poder descifrar la posibilidad de arbitrar en el metaverso. Por eso, en materia...
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