Compartición de infraestructuras pasivas y facilidades conexas en la República Dominicana una nueva apuesta regulatoria

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"Compartición de infraestructuras pasivas y facilidades conexas en la República Dominicana: una nueva apuesta regulatoria"

Laura Castellanos

Abogada, LLM de Northwestern University (Chicago). Socia fundadora de la firma Grupo Legalia.

lcastellanos@legalia.com.do

RESUMEN: En el ámbito de la regulación de las telecomunicaciones, la compartición de infraestructuras pasivas ha pasado de ser una práctica permitida y aceptada en el campo de la iniciativa privada a considerarse una herramienta regulatoria de numerosos efectos positivos a nivel de eficiencia en el despliegue de redes, aumento de la cobertura de servicios y fomento de la libre competencia. En el caso de la República Dominicana, la reciente aprobación por el Indotel del Reglamento de Compartición de Infraestructura Pasiva y Facilidades Conexas nos coloca a la vanguardia de esta tendencia al establecer una obligación de compartición de este tipo de elementos para prestadoras de servicios y otros actores del mercado.

PALABRAS CLAVES: Compartición, regulación, telecomunicaciones, República Dominicana.

Tradicionalmente, una de las principales fortalezas de una prestadora de servicios públicos de telecomunicaciones, particularmente en el ámbito de la telefonía fija, radicaba en su capacidad de un despliegue amplio de una red propia, operada de forma directa, con una cobertura cada vez mayor a nivel del territorio en cuestión. Se trata de uno de los principales componentes por los que estas prestadoras requieren inversiones importantes de capital .

De forma conjunta con los derechos de uso de espectro radioeléctrico, el despliegue de la red móvil se convierte en una de las principales barreras de entrada para nuevos competidores y, de forma más marcada, en aquellos mercados con competencia poco efectiva, como el caso de la República Dominicana. Como veremos en el transcurso de este breve ensayo, la compartición de infraestructura pasiva y facilidades conexas surge como un mecanismo para reducir el despliegue individual de este tipo de elementos y facilitar su uso compartido, con una serie de impactos positivos y de ventajas de mercado que veremos más adelante.

A manera de contextualización, veremos algunos aspectos relativos a las justificaciones y tendencia en el plano internacional, para luego profundizar en la regulación que el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) ha asumido recientemente sobre el tema, inscribiéndose así en la creciente lista de reguladores que procuran establecer reglas de estímulo a los acuerdos de compartición.

UNA TENDENCIA DE MERCADO Y DE GESTIÓN

La necesidad de compartición es una de las consecuencias del crecimiento de los servicios móviles de tecnología. Las redes fijas y sus facilidades esenciales continúan siendo importantes, pero la tendencia creciente de los usuarios de consumir data ha impactado significativamente la demanda de servicios de voz. Según las estimaciones de la GSMA , a finales de 2017 más de 3300 millones de personas (equivalente a un 44 % de la población mundial) estaban conectadas con internet móvil, para un incremento de 300 millones respecto a 2016. La brecha en la cobertura, referida a poblaciones carentes de cobertura 3G o 4G, también ha disminuido significativamente, bajando de un 25 % a un 13 %, con alrededor de mil millones de personas . Esa tendencia solo irá creciendo en la medida en que vivimos en una sociedad cada vez más conectada.

Desde la perspectiva de la prestadora, el incremento de la demanda móvil impacta sus requerimientos de espectro y su red de retorno (backhaul). Como una derivación de lo anterior, las prestadoras necesitan más espectro disponible para soportar el tráfico creciente de data y, al mismo tiempo, la atribución de bandas más altas a servicios móviles requiere mayor cantidad de sitios para compensar el corto alcance de estas. Todo ello implica dificultad y encarecimiento del despliegue de redes móviles, a lo cual se suma un riesgo de ineficiencia económica en las áreas rurales .

Cabe destacar que las inversiones en infraestructura propia no eximen a la proveedora de los costos derivados de alquiler de espacio o terrenos, así como de seguridad y mantenimiento, entre otros, a los cuales se agregan las demandas de capital para su instalación. La compartición no solo disminuye la inversión de capital , sino también muchos de esos gastos operativos. Asimismo, se reconocen como beneficios de la compartición la "optimización de recursos junto a impacto medioambiental positivo; reducción de duplicidades de inversión y los gastos operativos y de capital; incentivos positivos para desplegar redes en áreas sub-servidas; mejora de la calidad de servicio particularmente en áreas congestionadas; innovación tecnológica y de productos; los operadores compiten tanto en diferenciación de servicio, como en el incremento de opciones para el consumidor (por cuanto la entrada y expansión se hace más fácil); reducciones en precios de reventa y detalle para servicios móviles".

Desde el punto de vista de la compartición, existen dos tipos de infraestructura que una prestadora de servicios de telefonía móvil puede compartir: la pasiva y la activa. La infraestructura pasiva, de una parte, incluye aquellos elementos de obra civil en una red móvil que normalmente ofrecen soporte o protección a elementos activos de la red. A pesar de variaciones en el lenguaje utilizado de país a país, puede incluir sitios, torres y mástiles, conductos, gabinetes y suministro de energía eléctrica, entre otros. La infraestructura pasiva constituye la modalidad más básica de compartición y suele ocurrir de forma espontánea en los mercados de la forma descrita...

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