Las consecuencias de poner un huevo

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"Las consecuencias de poner un huevo"

Ernesto J. Armenteros

En aquellas ocasiones en que un personaje se equivoca, mete la pata, hace el ridículo, toma la decisión equivocada, etc., los dominicanos decimos que nuestro protagonista "puso un huevo".

La expresión "poner un huevo" incluye posibles errores y tiene la implicación de ser épica, muy conocida y poner en ridículo al que la protagoniza. Hay huevos de consecuencias efímeras y otros que han cambiado el acontecer histórico, que han sido catastróficos. Hay huevos cuyas consecuencias son difícilmente predecibles. La mejor manera de explicar la amplia atribución de poner un huevo es ilustrando el caso con ejemplos. Ahí voy.

HUEVOS ATLÉTICOS:

El mejor jugador de futbol, el argentino Messi, en el último juego de las mundiales de Argentina contra Chile, falló lo impensable: un penalti que pudo determinar el campeonato. Messi puso un huevo. Para agravar las cosas, al día siguiente anunció que renunciaría como jugador del equipo de Argentina. Puso otro huevo. Otro afamado goleador de futbol, Ronaldo Cristiano, le arrancó el micrófono a un periodista —que le quería entrevistar en un momento que él consideraba inoportuno— y lo lanzó a un lago. Cristiano puso un huevo.

Estos son huevos por "falta de ignorancia", como famosamente dijo Cantinflas.

Estos huevos también tienen un ingrediente común, que es la arrogancia. En consecuencia, estos personajes no son propensos a escuchar, entender y ponderar.

Los reyes de España visitaron la República Dominicana durante el gobierno de Hipólito Mejía. Mientras departían con nuestro señor presidente, este le preguntó al rey: "Dime una cosa, Juan Carlo', ¿qué hace un rey?", y a seguidas, dirigiéndose a doña Sofía: "Reina, vamo' a bailar; Rosa (refiriéndose a su esposa) saca tú al rey". Hipólito puso dos huevos, uno detrás del otro en rápida sucesión. Nuestro presidente Mejía era tan propenso a poner huevos de esa naturaleza que muchos creían, creen, que eso es gracioso. Puede que lo sea, depende de las circunstancias o de la educación y "complejos" de quien los percibe.

Un huevo tristemente memorable lo puso Antonio Guzmán cuando en un discurso leyó las segundas páginas, una copia de lo que acababa de leer. Nos hizo sentir vergüenza ajena.

Ninguno de estos huevos tiene mayor trascendencia en el acontecer de los hechos que nos afectan. Este no siempre es el caso. Sigamos.

HUEVOS POLÍTICOS:

Nuestro expresidente Salvador Jorge Blanco al parecer sufría de diarrea de...