Consideraciones filosoficas en pensamientos dominicanos en relacion al sexo

Páginas99700618

"Consideraciones filosóficas en pensamientos dominicanos en relación al sexo"

Ernesto J. Armenteros

Independientemente de nuestras teorías filosóficas sobre la pirámide social, que tratamos antes, los dominicanos somos particular y profundamente inclinados al conocimiento de todo lo relacionado al sexo y a la práctica sexual. Nuestra afición por todo lo sexual permea nuestra cotidianidad.

El personaje emblemático de los playboys es Porfirio Rubirosa Ariza (1909-1965), un dominicano oriundo de San Francisco de Macorís, pero educado en Francia, quien hizo historia casándose, primero, con Flor de Oro, la hija de Trujillo, y luego con Barbara Hutton, Doris Duke, Danielle Darrieux y Odile Rodin, todas celebridades de la época. Tuvo relaciones extramaritales con las grandes artistas de Hollywood de la época: Marilyn Monroe, Kim Novak, Zsa Zsa Gabor, Ava Gardner, Rita Hayworth y Dolores del Río, entre otras. Según dicen, sus éxitos amorosos se debieron tanto a sus finos modales de diplomático consumado, como a su miembro viril de once pulgadas y tan grueso como la muñeca de un hombre.

Hoy en día, a un nivel mucho menos encumbrado, toda una nueva profesión se modela en las proezas ya legendarias de Porfirio Rubirosa: la de los sanquipanquis. Estos les ofrecen diversión sexual a quienes nos visitan, y, de paso, una que otra enfermedad venérea. Nuestras mujeres no se han quedado rezagadas; si se llevaran estadísticas, posiblemente fuéramos el país que exporta más prostitutas en proporción a nuestra población.

Es indudable que los dominicanos conocemos estos asuntos de sexo. Estaba entre empresarios que conversaban sobre la situación económica y el tema tomó un rumbo diferente por un comentario relacionado con un "hembrón" que cruzó frente a estos señores. La conversación derivó hacia las ventajas relativas en relación con el placer sexual de las orientales, las negras y las nativas. El análisis prosiguió haciendo distinción geográfica de las criollas y continuó con la vívida descripción del placer sexual de un baño con jabón de cuaba en un río después de haber hecho unas proezas sexuales que requerirían habilidades gimnásticas insospechables en estos señores. Sobre todo porque confesaron tener uno más de 80 años y el otro más de 60. Toda aquella conversación dejaba cualquier escrito erótico del Marqués de Sade (1740-1814), como pinitos de un principiante.

Si estamos viendo un juego de pelota, cada hit, out, ponche, jonrón, jugada espectacular, entrada o salida de jugadores, o lo que sea, es celebrado por unas bailarinas arriba del dugout que lo que no enseñan explícitamente lo inducen, haciendo destrezas aeróbicas relacionadas con el potencial de llevar a cabo proezas sexuales similares a las de la historias del jabón de cuaba que dejaron corto al Marqués de Sade.

No es de extrañar, ante todo esto, que el ganador del premio Pulitzer de Literatura, uno de los más prestigiosos del mundo, lo ganara un dominicano escribiendo una historia, muy...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR