LA CREDIBILIDAD

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"LA CREDIBILIDAD; De la serie meditaciones electorales"

Ernesto J. Armenteros

La credibilidad es la condición más elemental para establecer vínculos entre las personas, las sociedades que las personas representan y, en última instancia, entre naciones, religiones, culturas, competidores, aliados y adversarios. La credibilidad es la condición más elemental para poder gobernar, para poder constituirse en un líder político y religioso... hasta para poder ser un padre de familia ejemplar y con liderazgo.

La importancia del liderazgo y la credibilidad es tan universalmente reconocida que a los líderes de las naciones, religiones, agrupaciones, comparsas de carnaval, grupos étnicos, etc., se les viste en forma llamativa, se les coloca en ambientes espectaculares –palacios, basílicas...–, se les sienta en sillones elaborados y se les rinde pleitesía. Para completar este panorama, a las palabras, edictos, escritos y proclamaciones de los líderes se le adornan con signos externos de respeto y veneración. Piensen en las encíclicas, los edictos, las constituciones, los Diez Mandamientos: en la Biblia, el Corán, la Constitución. Observen cómo instintivamente escribí Diez Mandamientos, Corán y Constitución con mayúsculas. La credibilidad es tan importante para poder gobernar efectivamente, que la Iglesia Católica estableció como dogma de fe la infalibilidad del Papa cuando se expresa ex cátedra. En otras palabras, que a quien no cree en lo que dice el jefe de la tribu, se le excomulga, se le expulsa de la iglesia, de la institución. Se le declara un proscrito. Creer en el jefe es vital para que las organizaciones humanas puedan operar y lograr su objetivo. Esto es verdad de las religiones, de los ejércitos y de los gobiernos. Si la credibilidad no existe por convencimiento, se trata de imponer a la fuerza o a base de propaganda o lavado de cerebro.

Desde tiempos prehistóricos el liderazgo de los gobernantes está basado en su credibilidad. En la más elemental de las sociedades tribales el chamán fundamenta su derecho de dirigir y orientar a los otros miembros de la tribu en función del vínculo del dirigente con los dioses. Esto le otorga credibilidad. Cuando esta se pierde, como lo fue en el caso del Imperio Maya (un ejemplo entre muchos) el Imperio se destruyó. Los maya dejaron de creer en sus dirigentes por las continuas sequías y plagas que sufrían (si los dirigentes tenían conexión directa con los dioses, ¿por qué no gestionaban lluvias y el fin de...