Dominican Dream

Páginas80040407

"¿Dominican Dream?"

Jose Luis Taveras

En las alturas urbanas de New York es frecuente encontrar un despacho ejecutivo ocupado por un García o Rodríguez. En Los Angeles, una silente banderita dominicana sirve de estampa a un computador situado en el lobby de un atelier de moda. En la augusta sala de una universidad de Barcelona se escucha una cátedra con nostálgico acento caribeño. En Amsterdam, entre el neón y la bohemia de calles lúdicas, un estridente coño dominicano rompe la virginidad de la noche.

La dominicanidad ha salpicado al mundo.

Nos han convertido en nómadas de la posmodernidad. Presencia menuda en el mosaico del orbe. La fuga no sólo es de cerebros, sino de esperanzas. La huida no ha sido voluntaria; le hemos negado oportunidad al talento y a la dignidad. En su lugar, hemos puesto la mediocridad con méritos partidarios.

Miles de asientos de universidades americanas, europeas y asiáticas son ocupados por dominicanos que no regresan, ya que las plazas tienen los nombres políticos de siempre.

Hace apenas décadas, un luminoso joven de barrio emigró a la urbe del frío y conoció la modernidad.

Con ilusas ideas de cambios regresó al país e inició una meteórica carrera política. Una cautivante retórica de futuro lo llevó al poder de manos del pasado...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR