Entrevista a la Ley de Registro Inmobiliario

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"Entrevista a la Ley 108-05 de Registro Inmobiliario"

Juan Luis Guzmán Bencosme

Registrador de títulos de Moca.

El sortilegio que provoca la belleza femenina es de tal trascendencia que la contemplación nos paraliza sin darnos cuenta. Parece cierto aquello de que la juventud es una primavera eternizada en la memoria. Pero junto a ella también cobra su precio la inmadurez, que a veces caracteriza esa etapa de la vida cuando a algunas criaturas de esa estirpe -que embelesan al más tímido- les toca “manejar” ciertas situaciones. Hago estas reflexiones después de haber logrado entrevistar exitosamente a la nueva Ley 108-05 de Registro Inmobiliario, no obstante fracasar en un primer intento.

Después de amenazar con acusarme de paparazzismo jurídico (infracción que sepamos no existe en el Código Penal) ante el Procurador General de la República (ignoraba tener jurisdicción privilegiada) por haber cometido el “delito” de intentar entrevistarla antes de su promulgación oficial, situación que superamos en aquel momento gracias a la intervención oportuna del Código Procesal Penal (transfigurado, que por su mirada sobre ella sospecho con qué intenciones...) aquí estamos para ofrecerles esta primicia: la primera entrevista con la nueva Ley de Registro Inmobiliario, beldad de la que logramos su transfiguración a esta realidad cotidiana en que vivimos gracias al pedido que le hicimos a través de la recién jubilada Ley 1542 de 1947.

La curiosidad por conocer las características físicas y personales que tendría la nueva Ley de Registro Inmobiliario al transfigurarse ya se había despejado un poco, al menos en cuanto al físico, en el incidentado intento anterior por entrevistarla. Llegó a la hora fijada, con aire de reina chequeó el ambiente como buscando confirmar la privacidad que me pidió (aunque le advertí que estábamos en un hotel y las “pólizas antipaparazzi” no estaban garantizadas...). Estaba radiante, ahora el ambiente era distinto y pude disfrutar de un excitante esplendor a su alrededor... era solo mía para contemplarla (por suerte que llevé mis preguntas escritas en una pequeña guía más las inquietudes que me surgieran). De tez blanca, pelo negro sedoso, nariz perfilada, ojos café, en fin... una escultura digna como la Venus de Milo. Una blusa de colores primaverales dio la bienvenida a mis ojos masculinos, que saludaron a la recién transfigurada deidad y, violando las normas que me enseñaron en séptimo de intermedia, la vista no podía dejar la falda coquetona y los zapatos verdes claros que cubrían algo de unos pies responsables de sostener aquel cuerpo. Si esta me saluda con un beso no me lavaré la mejilla en una semana, pensé olvidando el disgusto del primer encuentro.

-Muy buenas, ¡qué puntual! -le dije-.

-Saludos, me gusta llegar a la hora, es parte de mi personalidad.

(Fui premiado con un beso, y efectivamente ni me lavé la cara ni me afeité por siete días seguidos).

-Mi nombre es Ley de Registro Inmobiliario No. 108-05 del 23 de marzo del 2005, mis apellidos Gaceta Oficial No. 103-16.

-¿Qué se siente cuando se arriba a una sociedad que esperó mucho tiempo su llegada y que...