Esa es mi Policía

Páginas87414418

Esa es mi Policía

José Luis Taveras

Editorial.

A pesar de su estigma, el policía dominicano es un héroe.

Su servicio no tiene hora, reparos ni circunstancias. Es policía, chofer, mensajero, jardinero, conserje, recepcionista, sirviente, proxeneta y confidente.

¿En qué lugar del mundo un funcionario, un exoficial o un empresario tienen a su servicio personal uno o más policías?

Al policía promedio dominicano, semianalfabeto por definición, se le demanda un comportamiento escandinavo cuando a duras penas ha podido saltar las marañas de los arrabales para aceptar, más por subsistencia que por vocación, un oficio socialmente despreciado.

Ese mismo policía, parido y criado en los nichos de la delincuencia, es el que, por deber, la tiene que combatir sin excesos y con prudencia, según los estándares y garantías del primer mundo.

¿Cuantos dólares exigirían nuestros genios de la opinión para hacer el trabajo de un policía por un día?

Salir a la calle polvorienta y oscura, nublada de miedo y muerte, sin más pertrecho que el coraje y un arma; o enfrentar, con la rabia del hambre y el rigor del sol, las hordas del crimen para luego ser expulsado deshonrosamente por cualquier desliz.

¿Cuántos recursos se derrochan sin control ni conciencia en obras y proyectos inorgánicos mientras las reformas que precisan las instituciones básicas languidecen en la desidia?

¿Cuántas dependencias...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR