Los Grandes maestros de nuestros derechos Aristides Alvarez Sánchez

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"Los Grandes maestros de nuestros derechos Aristides Alvarez Sánchez"

Wenceslao Vega

La materia inmobiliar fue una de las que más novedades tuvo en el derecho dominicano en el presente siglo, a raíz de la promulgación en 1920 de la Orden Ejecutiva No.511 mediante la cual el gobierno militar norteamericano que regía entonces el país, impuso al país el Sistema Torrens de propiedad inmobiliaria, estableciendo la Ley de Registro de Tierras. Este sistema exógeno, totalmente nuevo y diferente al que teníamos por años en el país, obligó a los abogados, jueces, agrimensores y otros auxiliares de la justicia, a aprender desde cero, este novedoso e importantísimo régimen legal No había precedentes, ni doctrina ni jurisprudencia a donde recurrir para auxiliarse en los casos que empezaron a surgir tan pronto se dictó la nueva Ley. Saltar de repente del sistema de tierras del Código Civil y del derecho consuetudinario de los Terrenos Comuneros, al nuevo Sistema Torren, fue un gran choque para los dominicanos en esa época, aunque el nuevo régimen implicó una modernización del derecho y otorgó una seguridad jurídica al suelo que antes no tenía.

Uno de los primeros abogados dominicanos que se interesó en conocer este nuevo e intrincado régimen legal fue Arístides Alvarez Sánchez. El Lic. Sánchez nació en Santo Domingo en el año 1916.

Procedía de una familia muy activa en la política dominicana, siendo nieto del General Braulio Alvarez e hijo de Virgilio Alvarez Pina. Pero la política no le atrajo y en la Universidad de Santo Domingo se graduó de Abogado en 1943 y más luego, afirmando su interés en todo lo relacionado con lo inmobiliar, se graduó en Agrimensor en 1947 en esa misma institución superior.

Trabajando en el sector público y aún antes de graduarse de abogado, su primer cargo en la rama del derecho inmobiliario lo llevó a laborar en la oficina del Abogado del Estado, nombre que se dio en la nueva legislación, al Fiscal ante el Tribunal de Tierras.

Pasó luego a la Secretaría de dicho Tribunal escalando posiciones hasta llegar a ser Secretario General del mismo, cargo que ocupó por largos años, lo que le permitió lograr un extraordinario conocimiento y una práctica total en el manejo de ese organismo.

Posteriormente, se le designó Presidente del Tribunal Superior de Tierras, cargo que ocupó por más de treinta años, dando un prestigio enorme a esa posición, por su seriedad, honestidad, don organizativo y laboriosidad.

Los amplios conocimientos del...

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