Un grito de auxilio

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"Un grito de auxilio"

Ironely Hernández

Abogada, magíster en Derecho Procesal Civil y Derecho Constitucional, profesora universitaria y facilitadora en los programas de formación ciudadana de la Cámara de Diputados.

Ironelyh18@gmail.com

RESUMEN:

El Estado dominicano a través de sus diferentes instituciones debe brindar una mayor protección a las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, así como una asistencia más efectiva a los menores víctimas de hogares destruidos por este flagelo. Muchos jóvenes infractores provienen de familias laceradas por la violencia intrafamiliar.

PALABRAS CLAVES:

Violencia intrafamiliar, asistencia, niños, niñas, adolescentes, feminicidios, equidad de género, jueces, ministerio público, República Dominicana.

La República Dominicana adoptó el Sistema Nacional de Atención a Emergencia y Seguridad, el 25 de septiembre del 2013, mediante la Ley núm. 140-13. Indudablemente, la sociedad dominicana necesita un 911 en materia de violencia intrafamiliar y de género. Desde el año 2002 hasta el 2004, período en que presté servicios en la entonces Secretaría de Estado Ministerio de la Mujer, y el cual me permitió conocer más a fondo este problema, vengo pidiendo a gritos que se haga algo más.

Efectivamente, tenemos una maravillosa ley (la 24-97), que se ha venido aplicando desde el 27 de enero de 1997 y que modificó el Código Penal e instituyó como delito la violencia intrafamiliar y contra las mujeres, dentro y fuera del hogar. El Estado dominicano, en aras de buscar una disminución o erradicación de este terrible mal que nos aqueja —y que no solo daña a nuestras mujeres física y psicológicamente, sino que las marcas dejadas en nuestros niños y niñas que serán los hombres y mujeres del mañana son indelebles— creó la Secretaría de Estado de la Mujer (hoy Ministerio de la Mujer) el 11 de agosto de 1999, mediante la ley núm. 86-99, como un organismo coordinador y formulador de políticas, planes y programas que promuevan la equidad de género y el ejercicio de los derechos ciudadanos de la mujeres.

La intención ha sido buena y era algo necesario; sin embargo, no basta. Mientras leía el periódico Diario Libre la mañana del 29 de diciembre de 2015, me encontré el cuadro devastador que viven Altagracia Pérez y su familia. Fue inevitable remontarme a un artículo que escribí en el 2004 que nunca publiqué y que titulé "Amores que matan". Ha pasado el tiempo y parece darme la razón. Luce muy aguerrida la forma en que el Ministerio...

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