La sociedad de la información al servicio del sistema judicial

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"La sociedad de la información al servicio del sistema judicial"

Mayra Guzmán De Los Santos.

La nueva Era de la Información o la Era Digital, o sociedad del conocimiento, nos presenta un nuevo modelo de sociedad, “la sociedad-red”, y los “netizens (net= red y citizens= ciudadanos), lo cual representa un gran giro en la historia de la humanidad.

Se emplean diversas denominaciones, tales como revolución de la información, autopistas de la información, en la que información y conocimiento se convierten en piezas claves para el desarrollo económico, jurídico, social, y cultural.

En lo que se refiere al sistema de administración de justicia y tecnología digital, vemos que va a paso lento si lo comparamos con el desarrollo comercial de estas nuevas tecnologías, en el que estamos dando paso a un verdadero cambio de cultura, pues estamos experimentando cambios fundamentales en la estructura y dinámica de la sociedad en este mundo globalizado.

Manuel Vásquez Perrota1, citando a Peter F. Drucker en su libro “La sociedad Post-Capitalista” dice: “Que el conocimiento se haya convertido en ‘El Recurso’ más que en un ‘recurso’, es lo que hace a nuestra sociedad Post-Capitalista. Eso cambia fundamentalmente la estructura de la sociedad. Crea una nueva dinámica social, Crea una nueva política”.

A través de la Internet se realizan millones de operaciones desde cualquier punto del globo terráqueo en fracciones de segundos, en la que igualmente se mueven cantidades inimaginables de dinero, lo que en este renglón ha dado lugar a la nueva economía de la información. Internet no es una simple tecnología, es una nueva forma de organización social, y esto debe ser aprovechado en el ámbito de la administración de justicia, y es hacía esta vertiente que dirigimos nuestra atención.

EMPECEMOS CON LA CONVERGENCIA.

La “convergencia tecnológica ha revolucionado la forma en que la sociedad produce, guarda y utiliza la información2”.

Todo lo dicho anteriormente implica la convergencia de servicios, tecnologías e infraestructuras que permite ofrecer cada vez más servicios múltiples, como voz/telefonía, Internet/datos y video/TV, e incluso servicios móviles/inalámbricos; es decir que se nos presenta un conjunto de servicios que antes estuvieron separados, y que ahora se integran, para decirlo de manera sencilla, para facilitarnos la vida.

“El elemento clave para la convergencia tecnológica es la digitalización que permite manejar de forma única toda clase de fuentes de información, por la reducción a una unidad, el impulso o bit común a todos ellos”.3 (Cada elemento de encendido o apagado se llama indistintamente “bit”; a un cuerpo de ocho “bits” se le llama “byte”, un kilobyte serán 1,024 bytes).

“La convergencia puede afectar seriamente los modelos normativos actuales. El paradigma de la convergencia, esto es el Internet, introduce significativas transformaciones en la concepción de los ordenamientos hasta hace un tiempo limitados a la dimensión territorial y nacional, los cuales se inclinan ahora al ciberespacio, lo cual se define como la ausencia de espacio nde los productos informacionales que transitan y se hacen efectivos a través de la red de redes, lo que incide marcadamente, entre otros aspectos igualmente importantes, en la globalización”4. El ciberespacio no tiene fronteras.

El despliege de redes con base a la tecnología voz sobre Internet Protocol (VoIP) o bien Internet Voice over IP, con la banda ancha y las redes inalámbricas como catalizadores, o la versión IPng (Protocolo de Internet de nueva generación) facilitan la oferta de servicios convergentes, al agrupar los servicios basados en voz, datos y video, al que se añadiría la telefonía móvil o inalámbrica, por lo cual debe ser aprovechada por la administración de justicia, y de manera específica por el proceso penal de una manera más palpable.

En el desarrollo y utilización de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), y en particular de la Internet, hay un interés manifiesto y comprometido en nuestro país de dar acceso a los recursos de información y comunicación facilitados por estas tecnologías, lo cual nadie duda que es primordial para el desarrollo económico y social, y en el cual deben integrarse los gobiernos que aún no han tomado consciencia de la vital necesidad, tanto para el presente como para las futuras generaciones, a fin de ir cerrando cada vez más la brecha digital que mantiene discriminados a unos respecto de otros, lo cual consideramos como una de las violaciones a los derechos humanos fundamentales del siglo XXI.

Las naciones en la Era Digital.

Los Estados reconocen la importancia de insertarse a la sociedad de la información o del conocimiento, pues entre otras razones, como profecía apocalíptica somos del criterio que “no podrán comprar ni vender” si tecnológicamente no estuvieren preparados para la nueva cultura informática de siglo XXI que les enfrenta sin treguas.

Desde el punto de vista laboral urge la capacitación y la educación de los más desfavorecidos, omo lo dijera el presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Ben Bernanke5 en un discurso recientemente. Ha dicho que la desigualdad de ingresos se ha incrementado durante décadas en los Estados Unidos y que “una variedad de factores, incluida la globalización y las nuevas tecnologías, incidieron en la distribución de ingresos”. “Los programas centrados en la educación, capacitación laboral, y conocimientos que faciliten la búsqueda de empleo y la mobilidad laboral me parecen herramientas prometedoras para avanzar hacia ese objetivo. Multiplicando las oportunidades y la capacitación, ayudamos a los individuos y a las familias, al tiempo que fortalecemos la economía nacional”.

A los fines de nuestro análisis, nos referiremos a La Declaración del Milenio, a la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información y La Carta de Derechos de las nPersonas ante la Justicia en el Espacio Judicial Iberoamericano, pues con estas herramientas podremos fundamentar nuestras pretensiones.

La Declaraci ón del Milenio.

La Declaración del Milenio fue aprobada por 189 países y firmada por 147 jefes de estado y de gobierno en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas celebrada en septiembre de 2000. Los Objetivos de desarrollo del Milenio (ODM), ocho ambiciosos objetivos que se intenta alcanzar para 2015, se basan directamente en las actividades y metas incluidas en la Declaración del Milenio.

Se espera que para el 2015, fecha en que deben cumplirse los ODM de la ONU, en la República Dominicana, junto a los demás países firmantes, cerca del 75% de la población en edad de trabajar esté insertada en la sociedad de la información y la comunicación.

Los ODM se componen de 8 objetivos, a saber:

• Objetivo 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre.

• Objetivo 2. Lograr la educación primaria universal.

• Objetivo 3. Promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer.

• Objetivo 4. Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años.

• Objetivo 5. Mejorar la salud materna.

• Objetivo 6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.

• Objetivo 7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.

• Objetivo 8. Fomentar una alianza mundial para el desarrollo.

El último objetivo de la Declaración del Milenio aprobada por las Naciones Unidas “representa un pacto social mundial: los países en desarrollo se esforzarán más para impulsar su propio desarrollo y los países desarrollados los apoyarán prestándoles ayuda, aliviando su deuda y brindándoles mejores oportunidades de intercambio comercial. Los progresos alcanzados en cada uno de estos ámbitos ya han comenzado a producir resultados, pero los países desarrollados no han cumplido las metas que se habían fijado. Para cumplir los objetivos de desarrollo del milenio, el aumento de la ayuda y el alivio de la deuda deben ir acompañados de una mayor apertura de los intercambios comerciales, de una aceleración de la transferencia de tecnología y de mayores oportunidades de empleo para el creciente número de jóvenes que viven en el mundo en desarrollo”.

Dentro de...

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