El lenguaje de la Constitución dominicana

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"El lenguaje de la Constitución dominicana"

Fabio J. Guzmán Ariza

Abogado y académico de la lengua

El fazedor de las leyes deve fablar poco é bien; é non deve dar iuyzio dubdoso, mas lano é abierto, que todo lo que saliere de la ley, que lo entiendan luego todos los que lo oyeren, é que lo sepan sin toda dubda, é sin ninguna gravedumbre .

RESUMEN:

El autor explica las razones que le indujeron a escribir El lenguaje de la Constitución dominicana y enuncia cuatro propuestas para mejorar la calidad del lenguaje normativo dominicano.

PALABRAS CLAVES:

Lenguaje, Constitución, normas jurídicas, elaboración de las leyes, lenguaje jurídico, lenguaje normativo, guía de redacción normativa, guía de redacción legislativa, República Dominicana.

El lenguaje de la Constitución Dominicana es el título de la obra que hemos publicado en este mes de noviembre con el aval de la Academia Dominicana de la Lengua. En su presentación en Santo Domingo, en la Academia Dominicana de la Lengua, y en Santiago, en la Pontificia Universidad Madre y Maestra en Santiago, resumimos las razones que nos indujeron a escribir el libro y enunciamos varias propuestas para mejorar la calidad del lenguaje en que se redactan las normas jurídicas en la República Dominicana. A seguida recapitulamos para los lectores de “Nuestro idioma” nuestras consideraciones en la puesta en circulación de la obra.

¿Por qué escribir sobre el lenguaje de la Constitución? La pregunta parecería ociosa, pero no lo es. Para muchos juristas la combinación misma de esos dos términos —lenguaje y Constitución— es aberrante, inusual, una mezcla de lo sublime (la Constitución) con lo pedestre o corriente (el lenguaje). En efecto, el sentir generalizado del abogado dominicano es que, en la elaboración de las leyes, el idioma es un elemento de segundo orden, del cual no deben preocuparse demasiado, puesto que para eso, precisamente, están los correctores de estilo.

Hemos escrito El lenguaje de la Constitución dominicana para convencer a los juristas que así piensan que están equivocados.

El lenguaje no solo constituye un elemento imprescindible para la existencia misma de la norma jurídica, sino que la calidad de lenguaje empleado en su elaboración determina si esta ha de cumplir o no su cometido como tal. Pensar lo contrario en una sociedad que se llame a sí misma democrática es un absurdo, puesto que la democracia requiere para su mantenimiento y supervivencia a una población consciente de sus derechos y obligaciones, lo cual solo puede alcanzarse a través de una legislación accesible, comprensible y lingüísticamente correcta. De no ser así ¿cómo esperar que el ciudadano común quede en...