La ley de cine como herramienta de desarrollo para el cine dominicano

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"La ley de cine como herramienta de desarrollo para el cine dominicano"

José D’Laura

Crítico de cine; dirige el Círculo de Cine de Santiago.

RESUMEN:

El autor enfoca, desde su punto de vista como crítico de cine, el impacto positivo de la Ley para el Fomento de la Actividad Cinematográfica en la República Dominicana, No. 108-10 en la calidad y cantidad de las películas que se filmen en el país.

PALABRAS CLAVES:

Cine dominicano, industria cinematográfica, incentivos, Ley de Cine, República Dominicana.

Nuestra Ley de Cine está llamada a convertirse en una herramienta de desarrollo para el cine dominicano, tanto en términos cuantitativos como cualitativos.

Como responde a un anhelado reclamo de los sectores vinculados al quehacer cinematográfico de nuestro país, es de esperarse que estos saquen el mayor de los provechos a esta ley de fomento y termine de consolidarse una estructura humana y material con la que quede sólidamente establecida la "Industria del Cine".

Como sabemos, la "Industria del Cine" es posible solo cuando se invierten los cuantiosos recursos que son necesarios para hacer un filme. Para que se tenga una idea, una película filmada en la República Dominicana tiene un costo promedio de RD$30 millones y para calificar un filme de "exitoso" debe sobrepasar las 300,000 boletas vendidas. Nada fácil en un mercado controlado por las majors de Hollywood, las que nunca quieren compartir un pedazo del pastel.

El facilitar para los productores los recursos necesarios a través de la Ley de Cine es imprescindible para poder competir con las producciones norteamericanas y ganar espacio en el gusto de los cinéfilos. Esa relativa facilidad de acceso a fuentes de financiamiento para las películas dominicanas permitirá, sin duda, que mucho más gente se interese por producir cine, sin la permanente limitante del dinero.

De hecho, los resultados de nuestra Ley de Cine comienzan a percibirse cuando analizamos los estrenos dominicanos en el 2012: de nueve películas estrenadas, cinco son óperas primas, es decir, primeras películas de realizadores.

Los cinco directores debutantes son: Fernando Báez (El rey de Najayo, filme que obtuvo el permiso de rodaje no. 1), Omar Javier (La casa del km. 5), José María Cabral (Jaque mate), Blaldimir Abud (La lucha de Ana) y Frank Disla (El hoyo del diablo).

Según la cantidad de rodajes anunciados o en proceso, el número crecerá en el próximo año.

Desde el ejercicio de la crítica cinematográfica hemos abogado porque...

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