Nostalgia

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"Nostalgia"

Ernesto J. Armenteros

La nostalgia por lo vivido es un privilegio de los envejecientes. Invocar los recuerdos y abstraerse en memorias selectivas es un placer compensatorio que nos ofrece la vejez. Son muchos los achaques y las limitaciones que imponen los estragos del paso del tiempo. La nostalgia es compensatoria porque la memoria es selectiva de los acontecimientos y aprendizaje de los años. ¿Selectiva? Si, inconsciente y naturalmente selectiva.

Que la memoria es naturalmente selectiva ha sido científicamente comprobado y es fácilmente comprobable. Si ustedes han sufrido alguna vez en sus vidas un evento traumático —-heridas, golpes, dolores traumáticos, torturas—, posiblemente recuerdan el evento, pero no el dolor. El cerebro no registra en la memoria el dolor. El recuerdo del dolor sí, pero no el dolor en sí.

Además, con el transcurso del tiempo tendemos a editar nuestros recuerdos favorablemente.

El pez que pescamos es, en nuestro recuerdo, más grande que el que realmente pescamos, éramos más buenos mozos, nuestros hijos más atléticos e inteligentes, nuestras parejas más hermosas, nuestra participación más determinante y heroica. La noche era más romántica. Nuestra aventura, más memorable; los lugares visitados más exóticos, divertidos, interesantes o peligrosos. Nuestros padres y abuelos, con el transcurso de los años, son más y más buenos y meritorios, particularmente nuestras madres. Eso también ocurre con nuestros amigos. Nuestras vidas, de acuerdo a nuestros recuerdos, se convierten en aventuras interesantes y únicas. Lo son. Son nuestras y cada vida es una aventura y es nuestro privilegio el que la editemos para hacerla interesante.

Nuestros adversarios y los que nos tiranizaron también se satanizan en nuestros recuerdos. La transformación de nuestros recuerdos no es un engaño; es mostrar la realidad como filosóficamente existe y es como nosotros la percibimos o recordamos. Como es natural, esa historia, la de nuestros recuerdos, es complaciente con nosotros mismos. El dolor desaparece, el amor se engrandece. Nuestro legajo es más trascendental, nuestro ejemplo más edificante. En nuestros recuerdos tendemos a ser como quisimos ser, vivir lo que quisimos vivir y querer como quisimos haber querido.

¿Por qué los envejecientes disfrutan sumirse en la nostalgia?, ¿recordar y narrar lo pasado?, ¿advertir y enseñar? ¿Por qué los jóvenes no son propensos a la nostalgia?

Me puse de tarea para esta lucubración contestar estas...

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