Una nueva Sala

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Una nueva Sala

Américo Moreta Castillo

Todo abogado que acude a los tribunales en materia Civil y Comercial, en el Distrito Nacional, tiene el riesgo de encontrar que su expediente sea conocido muy lejos de las nueve de la mañana, que es la hora de convocatoria a audiencia en virtud de la Ley de Organización Judicial.

Esto se debe a que hay tribunales que fijan hasta más de cuarenta vistas para un solo día, lo cual no es sino un reflejo de la evolución de los negocios y de la complejidad de la vida moderna manifiesta a través de ese canal de desahogo social que es la Justicia.

Esa proliferación de expedientes fuera más complicada aún si los asuntos atinentes al Derecho de Familia se llevaran también junto a los demás casos que cotidianamente conoce la jurisdicción Civil y Comercial, por eso con sabiduría la Suprema Corte de Justicia dictó una Resolución por la cual concentró en esta materia a más de una Sala, con el propósito de que las mismas se centraran y especializaran en tan delicada asignación.

El tiempo ha demostrado lo útil que ha sido contar con salas especializadas en divorcios, particiones, interdicciones y demás aspectos del Derecho de Familia. Fue un paso parecido a cuando se creó en la década del veinte del siglo pasado, la jurisdicción inmobiliaria que hoy constituye un conjunto de tribunales, dotados de un personal entrenado y de un ámbito particular, y que cuenta hasta con reglamentos dictados por la Suprema Corte de Justicia.

La existencia de la Ley 50-00 del año 2000 permite resolver el serio problema que estamos enfrentando los abogados en la capital de la República, pues se han transpolado desde la jurisdicción Penal, hacia la jurisdicción Civil y Comercial, los casos atinentes a la Ley 241 del 1967 sobre tránsito de vehículos de motor, y de este modo diariamente los abogados que antes acudían al Juzgado de Paz Especial de Tránsito del Distrito Nacional a resolver sus casos correspondientes a Responsabilidad Civil por el Hecho de la Cosa Inanimada, aspecto que se conocía accesoriamente a la acción pública, ocupan el tiempo de los jueces que tienen que concentrarse en asuntos de otra naturaleza.

Invito a la Suprema Corte de Justicia a que revise las estadísticas de estos casos, donde hay jueces que admiten que es correcto su apoderamiento, y otros que opinan lo contrario, confluyendo el choque de ambos criterios por ante la Cámara Civil y...

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