OBJETIVOS DEL MILENIO, poesia ahogada en realidades

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"OBJETIVOS DEL MILENIO: poesía ahogada en realidades"

José Luis Taveras

Cuando Centroamérica era un campo de batalla, a pleno sol de la guerra fría, la República Dominicana presentaba al mundo unos de los climas más estables para la inversión. Durante las décadas setenta y ochenta, mientras la insurgencia armada subvertía a los gobiernos de Nicaragua, El Salvador y Guatemala, el país aprovechaba los altos precios internacionales de sus principales rubros agrícolas y comenzaba a explotar sus inconmensurables potencialidades turísticas.

Hoy, la República Dominicana comparte índices de desarrollo humano con la región más deprimida del continente y, en algunos casos, países como El Salvador sobrepujan al nuestro en varios indicadores. ¿Qué pasó?

Muy a pesar de los informes del Banco Central, que históricamente registran tasas sostenidas de crecimiento económico, el impacto de las políticas públicas no ha tenido traducciones sociales relevantes. Las condiciones de vida de los dominicanos se degradan exponencialmente, la inseguridad crece, los sistemas públicos de salud y educación reportan decepcionantes réditos, tanto en cobertura como en calidad, y el problema energético "ilumina" la "era de la información y el conocimiento".

Desde que los discursos políticos existen como expresión de la democracia formal, acopiamos conceptos tan gastados como abstractos. Uno de ellos es el famoso "proyecto de nación", cliché que perdió sustancia y solemnidad. Así, cuando a un candidato se le inquiere sobre propuestas concretas a problemas grandes apela de forma improvisada a esta construcción, cuya bondad semántica reside precisamente en su vaguedad. Todos estamos concientes de que se precisa de un bloque de voluntades amplio y firme para encarar desafíos cada vez más apremiantes, pero nadie sabe cómo. No tenemos cultura de orden ni de concertación, sino de negociación de cúpulas.

Lo cierto es que las amenazas de una detonación social activan las manecillas de una bomba de tiempo, mientras la tolerancia pierde sus últimas reservas. Nadie imaginaría diez años atrás que el tema de la seguridad pública, por ejemplo, compitiera en prioridad con el costo de la vida. Las respuestas a las demandas sociales no corren con la misma velocidad y hoy la nación acumula problemas ancestrales y nuevos en un desesperante círculo vicioso que nos condena a la marginalidad. Lo peor es que mientras esta dinámica de cambios se da a paso de tortuga, las desigualdades sociales se extreman, generando tensiones que lentamente quiebran el tejido social.

Cada administración viene atada a sus propios intereses, visiones y prioridades. Una invalida a la otra, construyéndose así un "desarrollo" asimétrico o fragmentado. La inversión social no se planifica y la atención a los problemas la determina el sentido pragmático, la urgencia y los criterios de oportunidad política o económica. Es en este crítico escenario que la República Dominicana reconoce su incapacidad para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

En septiembre de 2000 los dirigentes del mundo se reunieron en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, para aprobar la Declaración del Milenio, por la cual comprometieron a sus países con una nueva alianza mundial para reducir los niveles de extrema pobreza y establecer una serie de objetivos sujetos a plazos, conocidos como los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y cuyo vencimiento está fijado para el año 2015. Estos son:

OBJETIVO 1: ERRADICAR LA POBREZA EXTREMA Y EL HAMBRE:

  1. A: Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, la proporción de personas con ingresos inferiores a 1 dólar por día.

  2. B: Lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, incluidos las mujeres y los jóvenes.

    OBJETIVO 2: LOGRAR LA ENSEÑANZA PRIMARIA UNIVERSAL:

  3. A: Asegurar que, en 2015, los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria.

    OBJETIVO 3: PROMOVER LA IGUALDAD ENTRE LOS SEXOS Y EL EMPODERAMIENTO DE LA MUJER:

    Meta 3.A: Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los...

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