Obrigado, povo brasileiro

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Obrigado, povo brasileiro

Jose Luis Taveras

Países que hoy figuran entre los más transparentes, como Singapur e Islandia, tuvieron una oscura historia de impunidad. Gracias a duras pruebas sacaron fuerzas de sus escasas reservas para emprender grandes reformas institucionales y políticas. La República Dominicana carga el estigma de ser uno de los diez países percibidos como los más corruptos del mundo.

La corrupción ha hecho metástasis, pulverizando los efectos de nuestro sólido crecimiento económico y abortando las posibilidades de un desarrollo tan justo como merecido. El sistema político pierde sus coordenadas éticas mientras la sociedad anda a tumbos detrás de referentes seguros. Nos cansamos de un sistema disoluto e inoperante que no retribuye ni poéticamente los esfuerzos por una mejor vida.

La sociedad dominicana despertó y está dispuesta a librar su lucha en cualquier terreno. Esa resolución es firme y nace de una conciencia tan clara como abatida. Quienes piensen que la avalancha de expresión popular que hoy toma las calles es moda, febrilidad épica o espíritu sedicioso están equivocados. La gente está harta y se muere por demostrarlo.

Odebrecht es una oportunidad que no puede ser desperdiciada. De lo que hagamos o no en este caso dependerá la suerte del presente siglo. Nunca tendremos en nuestras manos mejor látigo para atrapar y lacerar a la sociedad política y empresarial corrompida que ha asumido como propia la hacienda pública.

Dedicamos esta entrega especial de Gaceta...

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