Prision preventiva Vs. debido proceso

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"Prisión preventiva Vs. debido proceso"

Víctor D. Martínez

Recientes decisiones jurisdiccionales relacionadas con la duración de la prisión preventiva y el debido proceso han suscitado encendidas discusiones jurídicas. Dilucidar mediante el debate público cuestiones de tanta importancia procesal es saludable para la sociedad en sentido general, pues es ella la que a la postre será afectada, positiva o negativamente, por los estatutos del Código Procesal Penal.

Hasta ahora lo único cierto es el desacuerdo existen le en torno a las bondades de dicho instrumento jurídico; pero, las disidencias deben ser apreciadas como una reacción natural y conveniente, pues lo contrario resultaría absurdo, ya que se trata de la imposición de normas garantistas, imbuidas de humanismo, que reclaman vigencia dentro de un sistema que durante más de un siglo hizo de la cultura de la arbitrariedad su religión.

Los detractores del sistema adversarial instituido por el nuevo procedimiento sostienen, con argumentos que suscitan mucho apoyo, sobre todo cuando imputados de hechos graves obtienen su libertad sin haber sido juzgados, que el mismo es un atentado a la seguridad pública y al interés social; que las normas garantistas son viables en sociedades con instituciones fuertes; que el Estado dominicano no ha creado las condiciones para garantizar la aplicación del Código Procesal Penal y otras causas no menos racionales.

Como juez liquidador, etapa en la que el sistema se empleó muy a fondo para localizar y procesar imputados que guardaban prisión preventiva, tuvimos la oportunidad de sentir el estremecimiento de la conciencia, no sólo jurídica, sino humana, pues el esfuerzo desplegado "descubrió" presos olvidados, algunos hasta con diez años de prisión preventiva sin haber sido conducidos ante la autoridad judicial competente.

Otros que habían sido trasladados a diferentes recintos, sin ninguna autorización judicial y relegados por el sistema, simplemente por que eran personas sin recursos económicos ni influencias; seres humanos ti-atados como objetos, colocados al borde de la locura por la negligencia de personas pagadas por el Estado para administrar justicia.

El nuevo sistema pone un énfasis acentuado en el respeto al debido proceso y reconoce que el imputado no sólo es objeto del proceso penal, pues a él es que se le imponen las restricciones de sus derechos, incluyendo cercenarle su libertad, pero también lo reconoce como sujeto, por lo que no puede negarle...