Un tema para la reflexión, el auge de la participación de adolescentes en hechos delictivos

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Un tema para la reflexión: el auge de la participación de adolescentes en hechos delictivos

Indhira Paulino Polanco

Abogada, jueza sustituta del presidente del Tribunal Colegiado de Primera Instancia del Distrito Judicial de María Trinidad Sánchez (Nagua).

RESUMEN:

Desde hace tiempo vemos cada vez con más frecuencia la participación de menores de edad en actos infraccionales: atracos a mano armada, tráfico de drogas, asesinatos, etc. Debemos preguntarnos, pues: ¿Qué está pasando? ¿Hacia dónde va nuestra sociedad? ¿En qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos el día en que ya no estemos? Pienso que todos debemos intentar mejorar este estado de cosas para poder transitar por la vida sin la paranoia provocada por los altos niveles de violencia e inseguridad ciudadana a la que estamos expuestos.

PALABRAS CLAVES:

Menores, delincuencia, derecho penal, República Dominicana.

Desde mi punto de vista, dentro de una amalgama de factores, dos son fundamentales: la educación y el tratamiento que la ley le da a estos casos.

La educación es la base de todo; depende de cada persona hacer su aporte desde su familia. Si tan solo cada cual se preocupara por educar a sus hijos, ayudaríamos a formar una mejor sociedad, porque son ellos los hombres y mujeres de mañana.

En los tribunales de Niños, Niñas y Adolescentes se puede observar que hay dos puntos en común en la gran mayoría de estos infractores: desintegración familiar y falta de educación. Son muchachos que han desertado de sus estudios y que vienen de familias disfuncionales, a veces con cuadros de violencia doméstica, drogas, alcoholismo y más. Es muy elocuente escuchar a una madre decir: “Si, yo quiero que metan a ese muchacho preso para descansar de él; no lo soporto”, y sucede, créanme que si.

Para Facundo Cabral “Un hombre sin un sueño es a lo sumo un ciudadano, y es grande la diferencia: ciudadano es aquel que depende de esa abstracción que llamamos Estado, un hombre depende de Dios; ciudadano es el que espera que alguien haga por él, lo que él no haría ni por él ni por nadie; hombre es el que sabe que para vivir mejor hay que ser mejor; ciudadano es el que busca la verdad y al culpable fuera de él; hombre es el que sabe que la verdad y al culpable se deben buscar dentro”. Y nosotros, ¿qué somos? ¿simples ciudadanos o algo más?

La invitación es, pues, a no pretender que el Estado ni nadie haga lo que nos corresponde a nosotros con cada uno de esos potenciales líderes o -según el trabajo que realicemos con ellos- delincuentes del futuro. Tenemos el deber de ser...