Dos lucubraciones y sus moralejas

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"Dos lucubraciones y sus moralejas"

Ernesto J. Armenteros

LEOPOLDO JIMÉNEZ NOUEL, HÉROE NACIONAL

Leopoldo Jiménez Nouel, conocido como Pechito por sus compañeros del Colegio Dominicano de La Salle —entre los cuales estaba yo— fue el guerrillero más joven de la invasión del 14 de junio de 1959 que se inmoló en aras de liberar a nuestro pueblo de la tiranía de Trujillo. Apenas tenía dieciocho años de edad. Fue apresado, torturado cruelmente y fusilado. Sus osamentas nunca fueron encontradas. Los restos de sus compañeros que fueron fusilados aparecieron amarrados con alambres de púas. No hubo compasión para aquellos bravos patriotas que creían posible tumbar el gobierno del tirano Trujillo en una forma similar a como Fidel había logrado derrocar a Batista.

Los guerrilleros aterrizaron por sorpresa en el aeropuerto militar de Constanza en un avión camuflado como si fuera de la Fuerza Aérea Dominicana. Saltaron a la pista y se abrieron camino bajo los disparos de los soldados que estaban de servicio. Los guerrilleros se internaron en el bosque hacia las montañas. Esto ocurrió el 14 de junio de 1959 en horas de la tarde. Los planes que tenían de encontrar otros grupos invasores y contar con apoyo de la población simplemente no ocurrieron. Diez días después de haber aterrizado y haberse internado en el monte, fueron apresados, exhaustos y hambrientos, y llevados al local del Partido Dominicano convertido en cárcel.. En ese lugar, el general Juan Tomas Díaz les dio comida y los trató humanamente, sintiendo compasión y admiración por unos jóvenes que actuaban valientemente por un ideal con el que secretamente tenía simpatía. El buen trato que recibían los guerrilleros llegó a oídos de militares superiores, que procedieron a encargar al general Mélido Marte del destino de estos jóvenes. A partir de entonces los guerrilleros fueron trasladados al infierno de San Isidro, donde fueron torturados y fusilados.

El 4 de junio de 1961, dos años después de que Leopoldo fue llevado preso ante su presencia, el general Juan Tomás Díaz y Antonio de la Maza fueron asesinados por agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), mejor conocidos como calieses, por ser las dos principales figuras del complot que culminó en el tiranicidio de Trujillo el 30 de mayo del 1961.

A partir de las invasiones de junio del 59 y de los asesinatos de las hermanas Mirabal, los días de Trujillo estaban contados. La indignación y la repulsión del pueblo, e incluso de muchos funcionarios trujillistas, finalmente dieron al traste con la dictadura el 30 de mayo del 1961. ¡Mataron al chivo!

Nuestro compañero Pechito era de la generación de...

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