Reporte desde Luxor, Egipto 2 de 3

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"Reporte desde Luxor, Egipto (2 de 3) Doha, Alejandría, El Cairo, Luxor, El valle de los Reyes"

¿Qué podemos aprender de su historia y su presente? ¿Vale la pena visitar estos lugares?

Ernesto J. Armenteros

El mundo árabe se está transformando a una velocidad sin precedentes en la historia de la humanidad. La afluencia económica del petróleo ha permitido a algunos de sus Estados y de sus líderes políticos y empresariales construir ciudades en el desierto, así como disfrutar de lujos exóticos y fortunas inimaginables.

En medio siglo, tribus seminómadas, con costumbres ancestrales, se han incorporado al mundo como naciones poderosas, capaces de comprar los yates, aviones y mansiones más lujosos del mundo, al igual que equipos de fútbol, edificios, periódicos, empresas, industrias y bancos más emblemáticos de las grandes capitales europeas, americanas, africanas, australianas y asiáticas, además de influir en la política exterior de las naciones más poderosas —EE. UU., Inglaterra, Francia, Alemania y recientemente China—. Las naciones árabes han importado, asimismo, talento intelectual en todas las áreas culturales y establecido extensiones de las universidades más importantes del mundo. Están preparando su juventud, su ejército y su hacienda para gobernar al mundo.

Pero no todo es color de rosa en el mundo del Medio Oriente.

Los cambios y transformaciones de las sociedades árabes, los avances en comunicación y la extraordinaria popularidad de las redes sociales han producido la llamada "Primavera Árabe", que no es otra cosa que la colectiva movilización de la juventud de los países árabes para reclamar libertad de las férreas y prolongadas dictaduras que han gobernado desde hace tiempo la zona. Como resultado, se han derrocado gobiernos en Libia, donde el coronel Gadafi terminó muerto a culatazos cerca de la alcantarilla donde se escondía; de Egipto, donde fue depuesto el presidente Mubarak; así como la actual rebelión en Siria que amenaza con acabar con el régimen de Basar al Asad. Todo lo anterior también ha creado tensiones políticas locales e internacionales. Por el hecho de que estas naciones del mundo árabe hayan sido la cuna de nuestra civilización, que tengan las mayores riquezas, controlen las principales fuentes de energía del mundo —el petróleo y el gas natural— y, en fin, de que los posibles conflictos en el área pueden llegar a afectar al mundo entero, nos obligan a interesarnos en su cultura, religión y política exterior, por apartada que sea la distancia física.

Independientemente de todo lo anterior, el mundo árabe, el judío, el egipcio y el de la costa sudeste mediterránea es también un mundo fascinante por sus antiquísimas historias que se originan desde los albores de la civilización hace más de 4,000 años. De sus éxitos, fracasos y sus aportes a la cultura podemos aprender mucho. De la Grecia y Egipto antiguos, así como del Imperio Romano, surgen nuestra filosofía, leyes, creencias religiosas, tradiciones culturales, idiomas, vocación de libertad y algunas de nuestras más aberrantes costumbres esclavistas, serviles y sexuales.

CATAR:

Catar es una nación que ocupa una porción relativamente pequeña del desierto en la península árabe.

Catar no tiene petróleo, pero el subsuelo es un enorme depósito de gas natural. Recientemente ha desarrollado la...