Ejercicio ético de la profesión de abogado

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"Ejercicio ético de la profesión de abogado"

Juan F. Puello Herrera

Miembro del Comité de Ciencias Jurídicas de Postgrado y responsable de las Maestrías en Derecho Privado de la PUCMM.

jpuello@puelloherrera.com

Resumen: Se destaca la trascendencia que tiene la ética como formación del carácter de la persona humana y de cómo la ética profesional regula las actividades que se realizan en el marco de una profesión sustentado en un conjunto de principios, valores y normas que indican cómo debe comportarse un profesional para que su ejercicio sea considerado digno.

Palabras claves: Ética profesional, valores, coherencia, principios morales, abogados, República Dominicana.

  1. INTRODUCCIÓN

    Debo aclarar de inicio el porqué de este tema. Tengo en carpeta una extensa lista de temas jurídicos que hubiera podido desarrollar, y en apariencia de mayor enjundia que el elegido sobre la ética profesional, sin embargo di preferencia a este por dos razones. La primera, porque la ética, además de tener una gran significación en la vida profesional, juega un rol importante en la crisis moral que aqueja al mundo de hoy, incluso en una gran mayoría de personas que fueron educadas según principios que enarbolan valores humanos. La segunda guarda relación con dos profesionales del derecho: Bernardo Fernández Pichardo y Wenceslao Vega Boyrie, quienes desarrollaron su ejercicio profesional de la abogacía bajo estrictos valores éticos como la responsabilidad, la integridad, la lealtad y la honestidad.

    En el caso de Bernardo Fernández Pichardo, a este le caracterizaba la coherencia, importante en la ética como los valores que deben acompañarla en cualquier ejercicio profesional y el deber de conducirse de acuerdo a ellos. En el profesor Fernández Pichardo se conjugaban esos valores en dos renglones.

    En primer lugar, en su vida académica, enfocada como la del maestro humanista, de la persona guía que dirige y conduce a otros a objetivos y procesos, los cuales se logran dependiendo de las estrategias pertinentes que se empleen en el proceso enseñanza-aprendizaje, según la premisa de que educar es una tarea ardua y de gran continuidad en la que hay que poner todos los esfuerzos para que otros aporten sus mejores recursos a la sociedad.

    En segundo lugar, desde la perspectiva de la ética profesional tanto en el orden especulativo como práctico. En el orden especulativo, que analiza los principios de la moral individual y social, siempre puso esos principios generales de la moral y social al servicio de los deberes profesionales, teniendo en cuenta que los principios morales surgen de la conciencia y de la convivencia humana, rechazando siempre el divorcio entre las ideas y la vida. En el orden práctico, porque difundió que la mejor garantía del éxito profesional consiste en el fiel y escrupuloso cumplimento de sus deberes; porque lo específico de la actividad profesional es cooperar positivamente para el bien común con el fin de construir un mundo, a la par de equitativo, más humano.

    En relación con Wenceslao Vega Boyrie, jurista, historiador e intelectual destacado de la República Dominicana, de una incuestionable solidez académica y profesional, despunta el hábito de decir la verdad, la firme convicción de la obligatoriedad de la ley, la voluntad libre que constituye un dictamen preceptivo, así como la honestidad pensada y vivida que le coloca como un digno representante del formalismo ético.

    Destaco que pocos profesionales del derecho en nuestro país han podido exhibir una ética profesional como Bernardo Fernández Pichardo y Wenceslao Vega Boyrie. La del profesor Fernández Pichardo, con un desprendimiento tal que no tenía la mínima idea de qué cobrar por sus servicios, como en una de las oportunidades que me llamó para que lleváramos un caso importante en el ámbito del derecho tributario: al finalizarlo y decirle el monto de los honorarios por la complicada consulta que dimos, quedó sorprendido al decirle nuestras aspiraciones en cuanto a los emolumentos. De Wenceslao Vega Boyrie, su apego a una visión de la ética como valor prioritario de su ejercicio profesional.

    De esta manera, uniendo estos propósitos y personajes, doy fe de que si hoy cumplo 46 años en el ejercicio profesional sustentado en valores éticos, y 44 años ininterrumpidos en la docencia, en gran parte se lo debo a Bernardo Fernández Pichardo y a Wenceslao Vega Boyrie.

    En verdad, la espontaneidad se opone a la obligatoriedad y esta sola percepción ha motivado, más que con teorías, con estos dos ejemplos, a que se forme un...

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