LA APUESTA DOMINICANA: A LOS INCENTIVOS O A LA COMPETENCIA, REGULAR LA COMPETENCIA ¿MODA O NECESIDAD

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LA APUESTA DOMINICANA: A LOS INCENTIVOS O A LA COMPETENCIA, REGULAR LA COMPETENCIA ¿MODA O NECESIDAD

Noción jurídica de incendio

Víctor Joaquín Castellano

La autora inicia una serie de artículos en los que propone algunos fundamentas para orientar la adopción de una política de competencia en República Dominicana, como complemento de las reformas estructurales en materia económica. En esta primera entrega plantea la problemática de la inscripción de la República Dominicana en las reformas estructurales del Continente con la adopción, entre otras, de una normativa de defensa de la competencia.

El análisis que sigue pretende examinar si la adopción de una legislación de competencia responde a las necesidades de regulación del mercado dominicano.

El hecho es que lamentablemente y quizás por las urgencias económicas de los países en desarrollo, la práctica normal es adoptar legislaciones para impulsar procesos. Es decir, se legisla para que haya apertura en los mercados, y no a la inversa: hay apertura en los mercados, vamos a garantizar que sea seguro participar en ellos.

Se observa que el derecho económico está surgiendo y creciendo en Los países en vías de desarrollo, no como fruto de la evolución natural de esas sociedades, sino como una fórmula propuesta en base a modelos legales que han funcionado en las legislaciones de los países desarrollados.

Hay poco tiempo y poca información para que los locales puedan realmente reflexionar con profundidad sobre sus necesidades reales y sobre las respuestas legales que requieren.

La preocupación es especialmente legítima en el caso de la República Dominicana, que se debate ahora en el diseño legal de sus políticas económicas basadas en el mercado. De manera específica nos concentramos en la legislación relativa a política de competencia.

En este trabajo propongo algunos fundamentos para orientar la adopción de una política de competencia en el país, como complemento de las reformas estructurales en materia económica.

Las reformas estructurales:

El año 1990 marca en el país el inicio de las llamadas reformas estructurales, inscribiéndose así en una ola que había comenzado la década anterior en el resto de Latinoamérica.

La necesidad latinoamericana de replantear en la práctica todas las teorías que había aplicado sobre desarrollo económico venía empujada por una serie de factores que podemos recoger en las cuatro ideas siguientes:

• La avanzada hacia la democracia de los países latinoamericanos.

• La explosión de la pobreza en la zona marcada por un crecimiento poblacional desmesurado.

• El cambio del entorno económico mundial.

• La explosión de la impagabilidad de la deuda externa y la necesidad de obtener financiamiento internacional.

La República Dominicana, como la mayoría de los países latinoamericanos, hacía descansar el grueso de sus ingresos fiscales en las recaudaciones aduaneras para financiar un Estado hipertrofiado que participaba de prácticamente todas las actividades económicas, pero que era incapaz de resistir el más mínimo examen de eficiencia en la asignación de recursos y en la producción de bienes y servicios.

Esta dispersión de actividades del Estado, el cual producía energía eléctrica, botellas de vidrio, azúcar de caña, generadores de energía para automóviles, transporte aéreo, entre otras actividades, provocó que descuidara y permitiera el descalabro total de sus verdaderas funciones, que son garantizar la justicia, la salubridad, la educación básica, el orden público.

La corrupción galopante, la inacción dilatora, la hiperregulación, la hipercentralización son algunas de las características más notorias de la gestión del Estado dominicano, por lo menos en los últimos 60 años de vida republicana.

La década de los 90 inicia con los debates más encarnizados entre los sectores pro-reforma y contra-reforma. El gobierno del Presidente joaquín Balaguer logró, aunque no de consenso, la firma del llamado pacto de Solidaridad Económica, el cual expresaba la voluntad política de introducir fuertes correctivos económicos.

La semilla del cambio ya había sido plantada con temas como la descentralización del gobierno, la desregulación económica, la eficientización en la asignación de recursos, la privatización de las empresas estatales.

El programa de estabilización se inició efectivamente en agosto del 1990 con un extraordinario esfuerzo de corrección fiscal para detener la hiperinflación que se le había salido de control al Gobierno desde 1988 en que la tasa de inflación fue de 58%, luego bajó levemente a 41% en...

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