El criminólogo no es un adivino del crimen

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El criminólogo no es un adivino del crimen

Héctor Dotel Matos

En las leyendas mitológicas abundan los actos criminales: los fratricidios Osiris, de Rómulo sobre Remo; el homicidio de sus hijos por Cronos...

La criminología es una disciplina constituida en los últimos decenios del siglo XIX, en Italia, por un médico. Ese médico se llamó César Lombroso. Esta paternidad “médica” pesará sobre su desarrollo ulterior.

Es cierto que entre sus discípulos, cofundadores de la disciplina, se encuentran profesores de Derecho y magistrados, pero ellos parecen preocupados más por los análisis sociológicos, psicológicos y morfológicos de la criminalidad, que por la investigación jurídica.

Lo esbozado, impreso en sus comienzos, conduce la criminología hacia una dirección sumando las disciplinas llamadas “ciencias humanas” o “ciencias sociales”, con una tendencia persistente de integrar, en su vocabulario, los términos a connotación médica (tratamiento, clínica, etcétera). Por otra parte, su lenguaje excluye la distinción de grados de gravedad operada por el Derecho Penal entre crimen y delito, practicando una sinonimia entre los términos crimen, delito, criminal, delincuente, criminalidad, delincuencia.

Si la disciplina, en tanto que tal, sólo existe hace un poco más de un siglo, el crimen y el criminal siempre han suscitado el interés colectivo, desde la aparición de la humanidad.

En las leyendas mitológicas abundan los actos criminales, a menudo fundadores de sociedad; desde la grave infracción de Adán y Eva, los fratricidios de Caín sobre Abel, de Seth sobre Osiris, de Rómulo sobre Remo, el homicidio de sus hijos por Cronos y, en reciprocidad, el homicidio del padre por Zeus, sin olvidar la muerte violenta de los héroes de la mitología escandinava.

La justicia privada subsiste oficiosamente, todavía mucho tiempo. De nuestros días aun, ciertas etnias la conservan (la vindicta siciliana o las costumbres beréberes concernientes al honor ofendido, etcétera). En el medio de los truhanes, los arreglos de cuenta constituyen una “justicia” privada particular.

Pero, oficialmente, ella cesa su existencia, por lo menos en Francia, con la cristalización del movimiento centrípeto de la realeza, en el siglo XVI.

Desde ese momento, en Francia,toda justicia emana del Rey. Según el jurisconsulto Gabriel Argot, abogado al Parlamento de París, autor en 1692 de la Institución del Derecho francés: la venganza es prohibida a los hombres. Sólo el Rey puede ejercerla por sus...

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