Reforma constitucional un pacto para un Estado

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"Reforma constitucional un pacto para un Estado"

Santiago Catalá Rubio

El pasado año, específicamente en el mes de junio, tuve la oportunidad de participar en el Seminario Internacional sobre Reforma Constitucional que tan plausiblemente organizó el Senado de la República Dominicana. Gracias a ello pude tomar contacto con una nación maravillosa que ha dejado una tremenda impronta en lo más profundo de mi ser.

Todos los conferecistas la misma sensación, todos estamos igualmente agradecidos a los Presidentes del Senado, de la Cámara de Diputados y al propio Presidente de la República por la magnífica acogida y amabilidad que nos brindaron. Injusto sería no incluir en mi felicitación a los responsables de la organización y a todo su equipo, a ellos les cabe el mérito del rotundo éxito del evento.

He de confesar que me enamoré del país, por vez primera en mi vida me conquistó realmente una tierra diferente a la mía. Si mis maletas volvieron repletas de periódicos, revistas y libros de República Dominicana, no es menos cierto que, desde entonces, no ha pasado un solo día sin que me acuerde de ustedes, máxime porque recibimos la tarea de seguir trabajando en la elaboración del borrador que ha de servir de base a la discusión política de una nueva Constitución. Nuestro papel, en principio, se reducirá a compartir experiencias constitucionales a fin de lograr un texto de consenso que tenga la mayor vida posible, la mayor capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias socioeconómicas y un grado de satisfacción notable para todos los dominicanos.

Sólo un estúpido puede llegar a pensar que la Constitución es, para una nación, un pequeño pedazo de papel, pero para evitar que se convierta precisamente en eso y para impedir que proliferen quienes piensan así, la Constitución no puede elaborarse desde la atalaya que proporciona un cómodo despacho.

La realidad siempre supera nuestras capacidades, en todos los sentidos, de ahí la necesidad de tomar contacto con la compleja sociedad del país al que va dirigida la Norma básica.

A través de los diferentes medios de comunicación y a través de la mirada atenta que ha barrido la calle he procurado desde entonces empaparme de dominicanidad, conocer los problemas de uno de los estados más pequeños y lindos de la Tierra.

Para bien –y para mal–, la Historia deja huellas indelebles en las diferentes manifestaciones y dimensiones de un pueblo. Desde el descubrimiento de América al último colonialismo, desde las guerras a los levantamientos militares, desde las dictaduras a las democracias, República Dominicana refleja en su rostro fieles recuerdos de todo ello. Muchas de esas cicatrices, rémoras y complejos todavía pueden verse reflejadas en las caras de los dominicanos, completamente escépticos ante la posibilidad de que su país avance en el proceso en el que se

encuentra (vía de desarrollo).

El mantenimiento de clases sociales completamente separadas e independientes, la defectuosa o casi...

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