Ante el resto de una ficalía independiente

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"Ante el resto de una ficalía independiente"

Ramón Colombo.

Primera parte

Francisco Dominguez Brito

Porque quien lo viera con su cara de niño y sus pequeños lentes de ovalados cristales transparentes. con sus ademanes de un joven vupie bien educado. con sus pasos cortos y la forma comedida de conducirse con los subalternos que no deben pasar llamadas hasta nuevo aviso (con órdenes que llevan casi de forma explícita una tímida disculpa), difícilmente lo identificaría con lo que en realidad es, ahogado de losque usan a diario la toga y el birrete, v, sobre todo, con la tremenda posición que desempeña este sencillo muchacho de 32 años de edad, nacido v mimado con todas las ñoñerías en un hogar amoroso de Santiago, desde donde lo trajo de un día para otro v sin mayores miramientos, sacándolo sorpresivamente de la molicie provinciana, un decreto presidencial que lo puso a él. Francisco Domínguez Brito, clon de está y donde nunca pensó que estaría: nada más ni nada menos que al frente de la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional.

Es el jefe del Ministerio Público de una comunidad de dos millones y pico largo de habitantes, donde al año se producen unos treinta mil delitos a ser ponderados en los tribunales; donde el número de querellas en destacamentos policiales y juzgados de paz es enorme, casi incalculable; donde en el caso que menos se espera sale la punta de un ovillo político que puede talvez obligar al Fiscal por lo menos a pedir una orientación de "más arriba", si quiere, o a tomar la decisión que su mejor entender le indique, sin necesidad de rendirle pleitesía ni pedirle permiso a nadie, ni siquiera a quien lo nombró, aunque pierda el cargo.

Es el jefe de un conjunto de más de doscientos empleados de gobierno, entre ellos 90 ayudantes asignados a tribunales, cortes, juzgados, destacamentos policiales y departamentos especializados en la aplicación de ciertas leyes correccionales.

Es un hombre obligado a trabajar por lo monos doce

horas cada día y a vivir en alerta permanente, porque en cualquier momento puede producirse un caso do urgencia, una llamada del Procurador General de la República o quizás que lo manden a buscar del Palacio Nacional... en fin, Francisco Domínguez Brito, salvo las ocasiones en que asiste a eventos especiales extramuros del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, vive sembrado en ese sillón negro que le duplica la espalda. frente a un escritorio que no abarcan sus pequeños brazos, en este amplio despacho puesto por fin con sobriedad y alfombrada elegancia en la punta suroeste del remodelado edificio de cuatro plantas, a cuyos muros llegan las briznas del salitre que vuela desde los cercanos arrecifes.

Es el responsable del funcionamiento del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, a donde acuden todos los días,

todo el día, centenares de personas: abogados de hacha y machete, auténticos jurisconsultos y picapleitos, junta con prevenidos de toda laya. políticos, funcionarios de gobierno, diplomáticos, empresarios y, sobre todo, periodistas, periodistas. periodistas, periodistas... como el que hoy llega a hacer preguntas en el reposo de la tarde.

¿Pero, quién es éste joven de apenas 32 años, que ha venido a ocupar el sillón por el que han pasado tantos superveteranos del Derecho, tantos figurones de la política, tantos zorros cargados de buena y mala malicia, tantos incondicionales del Poder, tantos traficantes de la justicia, tantos expertos en trampas leguleyas.

Nació en Santiago en octubre de 1965. en plena Guerra de Abril, en...

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