En la búsqueda del árbitro ideal: la ética del árbitro

AutorJuan F. Puello
Páginas1-15

En el evento1 organizado por el Centro de Resolución Alternativa de Controversias de la Cámara de Comercio de Santiago en el Primer Congreso Internacional sobre Arbitraje con motivo de los quince años de la puesta en vigor de la Ley núm. 489-08, de Arbitraje Comercial, promulgada el 19 de diciembre de 2008, se analizó el contenido normativo de la Ley 489-00, reflexiones que fueron expuestas por un grupo de invitados especiales, tanto nacionales como extranjeros, en una línea de investigación sobre su estructura. Se estableció una lectura ordenada y clara de esta ley, y, en efecto, al tratar de hacer el análisis doctrinal de dicha disposición sobre la organización y funcionamiento del arbitraje, se percibe, aun con las falencias que pueda contener, una normativa legal de gran proyección y oportuna aplicación en las eventualidades que se presentan en el intrincado juego del arbitraje, considerando, a tal efecto, que la proyección de una ley y sus consecuencias reside en su vocación de servir de instrumento pacífico para una buena administración de justicia.

De manera específica con respecto a la Ley 489-08 de Arbitraje Comercial, a los quince años de su puesta en vigor, es tiempo de una cosecha que tiene una motivación especial, en la que se valora el trabajo terminado cuando en lo íntimo del corazón se guarda el recuerdo de esperanzas que han resultado plausibles para todo cuanto se esperaba de ella.

Han pasado quince años en los que quedaron atrás días inciertos, pero, llegado el tiempo para la cosecha, la semilla dio fruto, crecieron plantas vigorosas, las espigas ondean bajo el viento, y un campo fecundo en la resolución alternativa de controversias ofrece una cosecha como pocas. Si la cosecha ha sido buena, surge una gran satisfacción; sin embargo, si ha sido mala, deja un mal sabor, pero ha dependido de cada uno tener en la mesa los frutos recogidos, gracias a aquellos que emprendieron el difícil trabajo de sembrar una buena semilla en el arbitraje.

Digamos que la selección y desarrollo del tema que nos convoca es sobre la ética del árbitro, la cual, dicho sea de paso, la Ley 489-08 no menciona como tal. Sin embargo, siendo una disposición legal de apenas 47 artículos, dispone a mi entender de once principios que le siguen como la sombra al cuerpo, y que a su vez sirven de resguardo o garantía para la aplicación de una ética de trabajo en la que el árbitro debe proceder con imparcialidad, honestidad, diligencia y respeto, haciendo suyas, en este caso, tanto las cualidades de los árbitros como el Código de Ética de Árbitros a las que hacen referencia las Normas Complementarias al Reglamento de Arbitraje del Centro de Resolución Alternativa de Controversias de la Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo, cuyas garantías mínimas se asumen y comprometen anticipadamente a los árbitros a respetar como sustento y pilar de todo el sistema arbitral.

Estas garantías, como se ha indicado, se refieren, entre otras, a las siguientes:

  1. cualidades de los árbitros, como son:

  2. conocimientos y experiencia;

    ii) disponibilidad;

    iii) seguridad;

    iv) firmeza para ejercer el control del procedimiento, y flexible a la vez;

  3. creatividad necesaria que permita adoptar las resoluciones más convenientes dependiendo de las circunstancias del litigio;

    vi) pensamiento lógico y capacidad de raciocinio;

    vi) gozar de buen estado de salud físico y mental; y

    vii) alto grado de probidad, honradez e integridad moral.

  4. a su vez, las normas del Código de Ética de Árbitros vistos como principios rectores de la conducta del buen árbitro, como son:

  5. neutralidad, garantizando a las partes un trato imparcial y equitativo2;

    ii) confidencialidad, que la información suministrada por las partes solo sea utilizada en el proceso arbitral;

    iii) imparcialidad, asumiendo la responsabilidad de conducir el proceso de manera independiente, objetiva e imparcial y de velar por el cumplimiento fiel de sus obligaciones frente a las partes cuyos derechos y pretensiones serán por él decididos y frente a terceros, velando por el recto comportamiento de todos los actores o participantes en el proceso; conlleva no favorecer o discriminar a ninguna de las partes inmersas en el conflicto, ni mostrar predisposición hacia determinado aspecto relacionado con la controversia;

    iv) independencia, referido a un criterio objetivo respecto al vínculo que puede existir entre un árbitro y las partes o el asunto objeto de la controversia, calificando de independiente a un árbitro que carezca de vínculos próximos, sustanciales, recientes y probados.

    A esto se puede agregar todo cuando da forma al procedimiento arbitral:

  6. transparencia,

    ii) contradicción,

    iii) eficacia,

    iv) respeto a las normas,

  7. libertad y

    vi) representación.

    En cuanto a los once principios contenidos en la Ley 479-08, si los vemos como orientadores o guías para lograr un objetivo, se encuentran:

  8. buena fe (artículo 20 (2);

    ii) orden público (artículos 3 (2), 7, 39 (f), 45 (g);

    iii) independencia e imparcialidad (artículos 22 (2) y 15 (5);

    iv) exclusión o arbitrabilidad (artículo 3);

  9. autonomía de la voluntad y autonomía del convenio arbitral (artículos 9 y 11);

    vi) agilidad y eficiencia (artículo 9);

    vii) igualdad, contradicción y confidencialidad (artículo 22);

    viii) competencia (artículo 20);

    ix) no incompatibilidad del acuerdo de arbitraje y supremacía de la decisión del tribunal arbitral (artículo 13);

  10. debido proceso (artículos 39 (b) y 45 (b); y

    xi) sumisión negativa, principal efecto de un acuerdo de arbitraje, que significa que una vez sea suscrito ningún tribunal nacional pueda conocer de la controversia que surja entre las partes (artículos 8 y 9).

    2. ÁMBITO DE LA ÉTICA

    En cuanto a este punto, hay que verlo desde una aproximación a la dimensión ética —y si se quiere hasta moral—, en una vertiente personal y social, que conlleva convivir en íntima relación con los otros por estar relacionados socialmente, encontrando que las relaciones humanas se cimentan en unas normas o costumbres básicas3.

    Desde esa perspectiva, los latinos denominaban mores o prácticas de convivencia social a las que, basadas en la mutua cooperación, hacían posible la coexistencia, de donde deriva la palabra moral. En ese sentido, el término latino mos corresponde al griego ethos, que según se escriba con “e” larga o con “e” breve tiene en griego distinto significado: carácter, personalidad o bien costumbre, modo de comportarse; de ahí que, ya sea con “e” breve o larga, hay que dar la primacía de significado al éthos-carácter cuando se utiliza en el contexto de la ética, y por esto lo ético tiene una más directa y estrecha relación con el carácter que con la costumbre.

    De esta manera, el tema sobre la ética es una incógnita si no se tiene conciencia de que se trata de un imperativo moral que conlleva descubrir “valores concretos que sean los más justos y adecuados para autorrealizarnos como personas”4.

    Digamos que hay una relación de la ética y la moral desde la perspectiva etimológica:

    La palabra ética que proviene del griego «êthos» significaba en su origen, estancia, lugar donde se habita, y que posteriormente, Aristóteles dio un giro al término, asociándolo a la manera de ser, el carácter, la forma de vida que vamos moldeando en nuestra existencia. La ética se consideraba como segunda casa o naturaleza adquirida, no heredada como lo es la naturaleza biológica. En esa virtud, se fundamenta en que una persona puede moldear, forjar o construir su modo de ser esto es, su «êthos» que expresamente significa hábito o costumbre, corresponde como hemos expresado al concepto latino de mos, moris, habito, costumbre y modo de vida del que nos hemos ido apropiando. La Moral proviene de mores=costumbre, en el sentido en que las costumbres también definen nuestra manera de ser y de actuar5.

    De este modo:

    Por la moral se entiende el conjunto de principios, valores, pautas de comportamiento, motivaciones, reglas e intereses que determinan nuestras acciones, cuando éstas son realizadas de manera consciente y voluntaria. Y por ética se infiere que comprende el análisis reflexivo y crítico, propio de la reflexión filosófica, con el que justificamos, validamos, fundamentamos y damos razones de esos principios, valores, pautas, motivaciones, que comprenden la moral. Por tanto, ambas hacen referencia a un tipo de saber que orienta a la obtención de un buen carácter, que permite enfrentar la vida con altura humana y ser justos y felices, y a la vez forjar un buen carácter para ser humanamente íntegros6.

    En realidad, se hace énfasis en la importancia de la ética partiendo de una aserción de lo que se vive en congruencia y convergencia con los principios éticos que regulan el comportamiento moral.

    Debe señalarse que:

    La Ética, a su vez, emana de la llamada moralidad positiva, y tiene una naturaleza empírica y descriptiva; por tanto es aquella parte de la Moral que se cumple, se practica y se exige de hecho a la generalidad del grupo, porque ese mismo grupo es capaz de practicarla; por tanto, se puede decir que en general lo cual es comprensible en todo grupo social existe un cierto distanciamiento entre los ideales de su Moral, y los ideales que practica en su Ética, que a su vez refleja las aspiraciones morales predominantes en el grupo, y éste las hace explícitas en exigencias que hace obligatorias para sus miembros7.

    Digamos, entonces, que un buen punto de partida para establecer la trascendencia de la ética se encuentra en dar testimonio de lo que se vive, esto es, de la coherencia, que es el valor que nos hace ser personas de una pieza, actuando siempre de acuerdo con nuestros principios. Diríase, de vivencias en la vida ordinaria que revelen nuestro comportamiento, no siendo proclives a relativizar las cosas. Se es o no se es ético, no hay punto intermedio, igual que nadie puede decir que está medio embarazada. Es por esta razón que sostengo que la moral y la ética siempre tendrán un punto de convergencia, porque los...

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